Octubre huele a mosto de uva en La Rioja. Desde Haro, en el oeste, hasta Alfaro, en el este, toda la franja norte de la región vive en estas semanas de otoño una actividad frenética. La vendimia, el momento más esperado del año, ya está aquí y todo el mundo se afana en las labores propias. Las mujeres también.
Viñedos en otoño de la (©) Bodega Bohedal. Cuando se conduce en esta época por carreteras comarcales no es extraño que el ritmo de los pequeños tractores con remolques cargados de uvas obligue, en cierta manera, a contemplar con más pausa un paisaje extraordinario, que algunos han denominado ‘la Toscana española’. Entre suaves colinas, el mar de viñedo se alza, esperando que la mano del hombre recoja su fruto para ser transportado del campo a la bodega.
Enoturismo en La Rioja De las aproximadamente 600 bodegas registradas en la Denominación de Origen Calificada Rioja, más de 100 ofrecen servicios de enoturismo para acercar la cultura del vino a los visitantes. Con una oferta tan amplia en el destino, nos centraremos en la comarca de la Rioja Alta, situada en la zona Noroeste de la Rioja. Su cabecera es Haro , una ciudad tradicionalmente vinculada al mundo del vino, especialmente desde el siglo XIX, y que cuenta con la mayor concentración de bodegas centenarias en el mundo .
El Barrio de la Estación concentra muchos espacios singulares, históricos, arquitectónicos y tradicionales que, en conjunto, podría ser declarado Patrimonio de la Humanidad.
En La Rioja ya se elaboraba vino desde el tiempo de los romanos. Existen pruebas que lo atestiguan provenientes de los yacimientos de terra sigilata de Tricio, una población cercana a Nájera . Pero, verdaderamente, la importancia del Rioja y de La Rioja se originó a partir de la llegada de los franceses a esta comarca de la Rioja Alta en el citado siglo XIX, cuando los ataques de la plaga de la filoxera arrasaron todos los viñedos en Francia y los dueños de viñedos y bodegas empezaron a viajar por el entorno para comprar vino de similares características. Ellos se instalaron en esta zona y nos aportaron el conocimiento para elaborar los llamados “vinos finos”. Esa es la razón de que en La Rioja se creara la primera Denominación de Origen española en 1926.
El tejido vitícola de la región siempre se sustentó, hasta los años 70, por pequeños propietarios de parcelas reducidas. En cierta medida, sigue siendo así. Y ahí comenzaremos nuestro viaje, realizando un homenaje a los productores de bodegas familiares, con viñedo propio y corazón entregado a su trabajo.
En un mundo tradicionalmente dirigido por los hombres desde hace siglos, nos hemos empeñado en mostrar ejemplos de grandes mujeres, trabajadoras, silenciosas, perseverantes y apasionadas por la cultura del vino. No es pequeño su esfuerzo para abrirse camino en un entorno ciertamente conservador y tradicional. Por ser pioneras, precisamente ellas serán nuestra referencia.
Fe, Blanca y Leyre regentan la (©) Bodega Bohedal. Fe, Blanca y Leyre, de la Bodega Bohedal Es cierto que existen muchos ejemplos de experiencias en bodegas que nos harían disfrutar aprendiendo acerca de este mundo tan interesante, pero comenzamos nuestro viaje en la bodega Bohedal (bohedal.com), situada en el pequeño municipio de Cuzcurrita de Río Tirón . Allí viven y trabajan tres generaciones de mujeres pertenecientes a una misma familia, que dirigen la bodega de una forma cercana y divertida, ofreciendo un amplio abanico de experiencias. Fe, la abuela fundadora, Blanca, su hija, y Leyre, la nieta, guían en las actividades más apropiadas para cada tipo de visitante. Desde los más conocedores del mundo del vino hasta los que se acercan a él por primera vez. Desde los grupos de amigos hasta las familias, pero siempre en grupos reducidos. Singulares son, entre otras: su “cata de barricas” para percibir las diferencias de un mismo vino criado en diferentes tipos de madera, la “cata de vino y chocolate” o de “vino y aceite”. En Semana Santa, la actividad “Zurracapote y rosquillas” y , en la primavera , la “cata de vino y flores”, con ocasión del Día de la Madre.
Visita sensorial a la (©) Bodega Bohedal. En esta época de vendimias, Bohedal desarrolla dos actividades específicas : “La vendimia en familia” , donde todos juntos realizan la cosecha manual en el viñedo, el pisado en prensa de la uva, la degustación de mosto, el encorchado de las botellas y, todo ello, disfrutando de un almuerzo tradicional. Otra de las experiencias de esta estación es “la cata de uvas” , en la que se aprende a distinguir las formas, aromas, sabores y texturas de las variedades más conocidas de la Rioja: la Viura, Malvasía, Tempranillo, Garnacha y Graciano.
Vendimia en familia en (©) Bodega Bohedal. Aprovechando que estamos en la localidad de Cuzcurrita de Río Tirón, podremos dar un paseo por el municipio , que cuenta con un casco histórico muy rico en casonas y palacios. Algunos de ellos hoy han encontrado una nueva vida en forma de alojamiento, como el Hotel Teatrisso (teatrisso.com). En la misma plaza podemos contemplar la iglesia barroca de San Miguel con fachada curva, una singularidad destacada. Otras poblaciones muy interesantes son Sajazarra , recién nombrado uno de los pueblos más bonitos de España, Casalarreina donde la visita al Monasterio de la Piedad nos permitirá conocer un bellísimo conjunto de estilo Reyes Católicos o el municipio de Briñas que abraza al río Ebro en un paseo reposado por su orilla.
© Bodega Conde de los Andes (La Rioja). Cristina Hernando, de la Bodega Conde de los Andes Desde aquí, nos desplazaremos hasta la población de Ollauri , a unos pocos kilómetros de Haro, para descubrir los calaos subterráneos de la Bodega Conde de los Andes (www.bodegasollauri.com), guiados por la mano de Cristina Hernando, responsable de enoturismo , quien nos conducirá por el misterio y la magia de una construcción bajo tierra que se remonta al siglo XV y XVI. Sin duda, uno de los patrimonios vinícolas de La Rioja más impresionantes y que alcanza una longitud de algo más de un kilómetro lineal.
Cristina Hernando y Calao Los Candiles, de la (©) Bodega Conde de los Andes. Un auténtico viaje al pasado de la cultura del vino en la región, que también quisieron conocer en su momento escritores célebres como Ernest Hemingway o Joaquín Belda . Durante todo el año, podréis recorrer este espacio como si fuéseis bodegueros del siglo XVI, teniendo la sensación de estar en otro tiempo y en otro mundo. Si sois muy aficionados al vino, existe incluso la posibilidad de catar grandes añadas, ante la gran acogida y valoración de los visitantes.
En 2017, Conde de los Andes, gracias a este espacio tan singular y al trabajo tan personalizado y acogedor en sus visitas, recibió uno de los premios más prestigiosos que existen en enoturismo: El premio Best of Internacional de las Great Wine Capitals.
San Vicente de la Sonsierra (La Rioja). © Carmen B. Desde Ollauri, podemos aprovechar para acercarnos a dos municipios cercanos que tienen una gran importancia histórica y paisajística en la zona. Se trata de Briones y San Vicente de la Sonsierra . Toda la zona cercana a la falda de la Sierra de Cantabria fue tierra de frontera en la Edad Media entre los reinos de Castilla y de Navarra. Esa es la razón de que muchas de sus construcciones se erijan en colinas elevadas, con el objetivo defensivo de la población. El patrimonio histórico-artístico es más que notable y merece una visita la iglesia de Santa María de la Asunción de Briones, así como su plaza central, el palacio barroco que alberga el Ayuntamiento y un museo etnográfico muy interesante: La Casa Encantada . No podemos olvidar dar un paseo por todo el exterior del recinto amurallado para alcanzar el mirador sobre uno de los meandros cultivados de viñedos más bonitos del río Ebro. Si disponéis de un par de horas más, es también muy interesante la visita del Museo de la Cultura del Vino Vivanco , reconocido por la Unesco en 2007 como el mejor en el mundo.
Museo de la Cultura del Vino Vivanco. © Carmen B. En San Vicente de la Sonsierra, la subida al recinto del Castillo y la iglesia de Santa María la Mayor nos permitirá contemplar todo el paisaje del viñedo que tapiza la Rioja. En este punto al norte de la región, la vista alcanza a divisar la zona sur, cerrada por la Sierra de la Demanda. Entre medio, viñedos, el río Ebro y las llanuras antes de ascender a las montañas. San Vicente de la Sonsierra, como otra población cercana llamada Ábalos , contiene innumerables ejemplos de extraordinaria arquitectura civil de los siglos XVII y XVIII, enmarcados por las viñas que en esta época se tiñen de colores rojos, ocres, amarillos y verdes. Una impactante sensación para todos los sentidos de estar viviendo en un lienzo multicolor.
© Marta Sáenz, sumiller de Marqués de Riscal (La Rioja). Marta Sáenz, sumiller del restaurante Marqués de Riscal Dirigimos nuestros pasos a la vecina localidad de Elciego . Perteneciente a la provincia de Álava, pero formando parte de la Denominación de Origen Rioja, encontramos a Marta Sáenz, sumiller del restaurante gastronómico Marqués de Riscal . Con un enfoque al turismo de lujo, esta bodega histórica ha sabido reinventarse para ofrecer un servicio gastronómico innovador. Asesorado por el chef Francis Paniego , con tres estrellas Michelin (dos en su restaurante Echaurren de Ezcaray y una en éste de Rioja Alavesa), permite acercarnos al mundo de los productos tradicionales, pero reformulados al siglo XXI. Y en esa reformulación a los tiempos actuales se ha abierto paso la figura profesional de Marta para darnos a conocer las características de los vinos de la zona.
En el mundo de la alta restauración donde siguen imperando los hombres, Marta es una referencia para las nuevas generaciones de mujeres que quieren acercarse a la cultura del vino haciendo de ello su profesión.
© Hotel Arrope (La Rioja). Ana Monge, del Hotel Arrope Todo viaje merece un buen descanso y por eso regresaremos hacia Haro, para poder disfrutar de un establecimiento que tiene nombre de vino: Hotel Arrope (www.hotelarrope.com). El Arrope era, y digo era porque ya apenas se elabora, un cocimiento prolongado de mosto de uva hasta que tomaba la consistencia de un jarabe al que, a veces, se añadían trozos de fruta o de frutos secos como nueces o almendras. Cocina de conservación que permitía, además, reponer fuerzas de manera rápida a la gente que trabajaba en el campo de sol a sol. Con esa misma dedicación que requiere la elaboración del arrope, Ana Monge, propietaria y directora del hotel , recibe siempre en su casa.
© Ana Monge, directora del Hotel Arrope (La Rioja). En ella no falta una parra en el porche, bajo la que tomarse un refrigerio antes de descansar. En su restaurante podréis también tener la oportunidad de probar un menú degustación riojano y maridar los platos con diferentes vinos de la Rioja Alta, disfrutando así en el paladar de un paisaje y una cultura vinculada históricamente al vino. Paisaje, gastronomía y calidez de la gente os esperan en este tiempo de vendimias en La Rioja.
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