Ronda es de esos destinos imprescindibles y mágicos. Es una ciudad literaria, romántica, torera, monumental, antigua, flamenca… con una orografía tan complicada como hermosa. Aprovecha un fin de semana con tus amigas y disfruta de su arquitectura y sus paisajes. Puente Nuevo en Ronda. © William Fernandes Ronda está encajada entre dos parques nacionales: el de la Sierra de las Nieves y el de Grazalema. Y a un paso del Parque Natural de los Alcornocales y del Paraje Natural Sierra Bermeja. Por eso, si hacemos una escapada a Ronda, las montañas se asoman a nuestros ojos miremos donde miremos. En una escapada con amigas podrás combinar la visita a la ciudad con la naturaleza de sus alrededores.
Si de algo viven los 35.000 habitantes censados en Ronda es del turismo. Es tanto su atractivo que el 70% de su economía depende de los viajeros que llegan hasta aquí atraídos por su singularidad. Pero no es un fenómeno de ahora, porque ya los viajeros románticos se habían encargado de mostrar las bondades de Ronda al mundo entero. Hablamos de Washington Irving , Richard Ford o George Borrow por citar sólo a los más conocidos.
Las corridas goyescas de Ronda Empecemos nuestro recorrido por el espacio más emblemático de Ronda: la plaza de toros , donde cada septiembre se celebra la mítica Corrida Goyesca, en homenaje a Goya y a Pedro Romero, el hombre que puso reglas, en el siglo XVIII, al toreo. No en vano se dice que en Ronda nació la tauromaquia.
Plaza de toros de Ronda. ©PB Bajo el albero de este coso taurino están enterradas, por propia voluntad del torero rondeño, parte de las cenizas de Antonio Ordóñez. Un albero que es el más grande del mundo, ya que mide 66 metros de diámetro (6 más de lo reglamentario) y este desajuste, según los entendidos, convierte a la plaza en una de las más peligrosas. Por eso, muchos toreros no quieren ir a Ronda, porque esos metros pueden representar la vida o la muerte. El único torero que murió en esta plaza, el 20 de mayo de 1820, fue Curro Guillén.
Para entrenar caballeros en armas Se cumplen ahora 250 años desde que en 1769 se concediera el permiso real para construir esta plaza de toros que sería inaugurada oficialmente en 1775. Está gestionada desde entonces por la Real Maestranza de Caballería de Ronda, una asociación cultural, antes religiosa, que nació para entrenar a los caballeros en armas y que hoy también es escuela de equitación.
¿Singularidades de la plaza de Ronda? Sólo entran 5.000 personas, el palco presidencial no está, como es habitual, frente a la puerta de salida de los toros; la entrada más barata para asistir a la Corrida Goyesca cuesta 100 euros y en su construcción se empleó piedra del tajo de Ronda. Durante la Guerra Civil, aquí se metieron los tanques republicanos y tiene un museo histórico en el que se da fe de la relación entre el hombre y el toro desde tiempos prehistóricos.
La cultura taurina está presente en Ronda. ©PB De Hemingway a Orson Welles Sí, es muy importante el coso taurino, pero Ronda es mucho más que esto. Su espectacular belleza y su cercanía a Sevilla, Málaga y Cádiz hacen que sea un destino turístico interesante durante todo el año. Sigamos nuestro recorrido por la calle principal de Ronda, la Carrera Espinel o Calle de la Bola, hasta llegar al Paseo de la Fama , un espacio ideal para tomar la medida a la ciudad y a sus horizontes cercanos.
Panorámica de Ronda al atardecer. ©Alejandro López En este paseo se hallan inmortalizados en el suelo personas vinculadas a la tauromaquia, como Pedro Romero, El Niño de la Palma, Antonio Ordóñez y los hermanos Rivera Ordóñez (Cayetano y Francisco), éstos últimos aún sin fotografía.
El paseo nos introduce en unos hermosos jardines a los que se accede por una puerta custodiada con los bustos de Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza y creador de la bandera blanca y verde, y Ernest Hemingway, a quien le fascinaba tanto Ronda como Pamplona.
Otro enamorado de la villa era el cineasta Orson Welles , quien justificó su decisión de morir en Ronda con esta sentencia: “Un hombre no es de donde nace, sino de donde decide morir”.
Un tajo de 100 metros sobre el río Guadalevín Después llegaremos hasta la plaza de España, donde se encuentra el Parador , que antes fue Ayuntamiento, para acercarnos hasta la obra emblemática de Ronda: el Puente Nuevo, que en el siglo XVIII logró conectar, salvando un tajo de 100 metros sobre el río Guadalevín, la parte nueva con la antigua de Ronda. Si queremos tomar una bonita instantánea del mismo, hay que ir hasta los vecinos Jardines de Cuenca.
Mirador del Puente Nuevo. ©PB Estamos ante un puente que tardó 32 años en construirse, entre otras cosas por falta de financiación. Y eso que se levantó con la misma piedra del tajo. Hay que fijarse, como curiosidad, en la pequeña estancia diseñada bajo el puente y que en un principio fue pensada para tomar las decisiones importantes de la ciudad, al ser su epicentro, y que luego llegó a ser cárcel, restaurante de una sola mesa o sede de conciertos de cámara. Hoy es el Centro de Interpretación del Puente .
Casa del Rey Moro. © O.T. Ronda De la Casa del Rey Moro a los Baños Árabes Si seguimos descendiendo por los empinados Jardines de Cuenca, acabaremos frente a la polémica Casa del Rey Moro (hoy en manos particulares), con su impresionante Escalera de la Mina excavada en la roca en época almohade. Y enseguida alcanzaremos el Puente Viejo (construido en 1616) y el inmediato Puente Árabe, del siglo XIII. Merece la pena detenerse en los Baños Árabes y las curtidurías, que estaban situados al comienzo de la ciudad antigua como signo de hospitalidad para quienes llegaban y querían rezar limpios.
Ronda es la cuarta ciudad con más metros cuadrados de muralla medieval en España. Así que conviene asomarse al tramo musulmán de La Albacara. Y seleccionar entre los muchos y variados atractivos que encierra la ciudad.
Palacio de Mondragón. © O.T. Ronda Otros atractivos turísticos de Ronda Por ejemplo, sugerimos la casa de Don Bosco , situada en un edificio modernista con vistas excelentes; el palacio de Moctezuma, con su magnífico artesonado mudéjar, que acoge el Museo Joaquín Peinado; la casa del Gigante, un palacio nazarí que conserva fantásticas yeserías originales; el palacio de Mondragón , de estilo mudéjar y sede del Museo de Ronda; la iglesia Santa María la Mayor, del siglo XV y levantada sobre la antigua Mezquita Mayor; o el alminar de San Sebastián, como vestigio de una de las mezquitas islámicas del siglo XIV.
Dos últimos apuntes: Ronda, con más de 20 bodegas, es también tierra de vinos y un destino excelente para empaparse del flamenco , ya que aquí se han conservado los más emocionantes ritos, cantes y bailes de un arte que todavía se puede disfrutar en los cafés y tablaos de Ronda.
Palacio de Salvatierra. Ronda. © O.T. Ronda CONSEJOS ETHERIA • Si te gusta la arqueología y dispones de tiempo, acércate hasta el vecino yacimiento arqueológico de la antigua ciudad de Acipino . Está a 20 kilómetros de Ronda y su estado de conservación es impresionante. Sobresalen elementos urbanos tan destacados como el teatro, las termas y la vieja muralla.
• Y si lo que prefieres es desconectar del ruido, acércate hasta la Finca La Donaira , un eco-retiro de lujo a 30 km de Ronda, que tiene 9 habitaciones en un terreno de 700 hectáreas, limítrofe con El Gastor (Cádiz). Aquí prima una filosofía natural que está vinculada con el cultivo de la agricultura ecológica y la crianza de caballos lusitanos. Acércate y descubre este singular espacio creado por un empresario austriaco. Todos los años celebra aquí un pequeño festival de música.
Más información en la Oficina de Turismo de Ronda .
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