“He buscado por todas partes la ciudad soñada, y al fin la he encontrado en Ronda”, escribió el poeta Rainer Maria Rilke. No fue el único que sucumbió a sus encantos, Orson Welles o Ernest Hemingway también lo hicieron. ¿Y vosotras? ¿Podréis resistiros a la experiencia de vivir un fin de semana en Ronda con amigas? Os anticipo que os resultará prácticamente imposible escapar a su influjo. En Etheria Magazine os damos las claves para planificar un viaje de ensueño.
Arco de Felipe V con la serranía al fondo. © Yolanda Cardo Para ver Ronda hacen falta tres o cuatro días”, dice Jaime, el simpático guía que me acompañó durante una visita exprés a la bella localidad malagueña. ¡Y cuánta razón tiene! Si vais a Ronda con amigas –o con quien queráis– os sorprenderéis de las numerosas joyas que esconde esta preciosa perla sureña, engarzada sobre una plataforma rocosa a 723 metros de sobre el nivel del mar, flamante antesala de la Sierra de Grazalema . La espectacularidad del Tajo, el magnífico desfiladero horadado durante siglos por las aguas del Guadalevín, es su más “instagrameable” postal, pero no la única. Yo que vosotras comenzaría a sincronizar agendas para poner rumbo hacia una de las ciudades más bellas de España.
Imagen del monumental Puente Nuevo y el Tajo de Ronda. ©Yolanda Cardo El puente de Ronda, una historia con miga Cualquier visita –y el primer selfi de este fin de semana en Ronda con amigas– debe comenzar en su enclave más emblemático, el monumental Puente Nuevo . Más de tres décadas costó levantar este imponente viaducto que vino a sustituir uno anterior que se había derrumbado en 1751, seis años después de ser inaugurado. Tras descartar varios proyectos, finalmente en 1759 comenzaron las obras bajo el diseño y supervisión del arquitecto turolense José Martín de Aldehuela. Pese a estar construido con piedra del mismísimo Tajo, se plantearon serios problemas de financiación. Finalmente a finales de 1787 se abrió al trafico y desde entonces miles de personas lo transitan a diario. Una construcción fascinante, que ha sido plató cinematográfico, prisión, mesón y en la actualidad un centro de interpretación sobre su fascinante historia.
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Ronda. Algo viejo La pétrea pasarela conecta la ciudad moderna con la parte antigua, a la que los rondeños se refieren como “la Ronda de verdad”. Aquella con una historia que se remonta hasta los 2.500 años de antigüedad. Romanos, visigodos, musulmanes o cristianos han dejado su huella, siglos de generoso legado que se acumulan en cada rincón.
La calle Tenorio, una de las más bonitas del municipio. © Yolanda Cardo La calle Tenorio , una de las más bonitas que podáis imaginar, es un buen punto de partida para comenzar a explorar el monumental casco histórico. Esta encantadora vía empedrada (ni se os ocurra pasear con tacones), flanqueada por hileras de casas blancas, finaliza en la recoleta plaza de María Auxiliadora desde donde podéis contemplar unas vistas increíbles del Tajo. Una panorámica que os mantendrá atrapadas un buen rato. Cuando os canséis de tomar fotografías y algún que nuevo selfi, continuad paseando porque no lejos de allí os espera el palacio de Mondragón , sede del Museo Municipal; el de Moctezuma, construido por un descendiente del emperador azteca y que ahora acoge el Museo Joaquín Peinado ; en la cercana plaza de la duquesa de Parcent la Colegiata de Santa María la Mayor , levantada sobre una antigua mezquita cuyo interior bien merece una visita, y el ayuntamiento que ocupa un antiguo cuartel.
Calles empinadas y empedradas y comercios tradicionales en la Ronda monumental. © Yolanda Cardo Casa del Rey Moro y Arco de Felipe V La Casa del Rey Moro , en la calle Cuesta de Santo Domingo, es otro de los imprescindibles. Un conjunto monumental de gran interés histórico y escenario clave de la Reconquista. El complejo consta de tres partes: la Mina de Agua de época nazarí, la casa de estilo mudéjar y los fabulosos jardines históricos diseñados en 1912 por Jean Nicolas Forestier, el mismo que ideó el parque de María Luisa en Sevilla. Como curiosidad, Madonna rodó aquí un videoclip y la exprimera dama, Michelle Obama, lo visitó en 2010. Desde allí, escasos pasos os separan del Arco de Felipe V , otra de las históricas puertas de entrada a la ciudad con unas increíbles vistas. No dejéis tampoco de visitar los baños árabes, de los mejores conservados de toda la península, cuyo origen se remonta a los siglos XIII-XIV d.C.
La plaza del Socorro, un lugar con mucho ambiente. © Yolanda Cardo … Y también algo nuevo Pero como toda novia que se precie, Ronda luce también algo nuevo, y no es poco. En la plaza de España, punto de entrada a la zona más actual de la ciudad, se encuentra el Parador Nacional , antiguo consistorio. Goza de una ubicación y unas vistas espectaculares al vertiginoso Tajo, si podéis, no es un mal lugar donde alojarse.
Como ciudad taurina que es y cuna de la tauromaquia, una visita obligada es a su histórica plaza de toros construida en el XVIII. Aquí se celebra cada año la pintoresca corrida goyesca que atrae a numerosos aficionados y curiosos. Justo al lado se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Merced y si queréis hacer una pausa, en la vecina plaza del Socorro , podréis sentaros en alguna de sus terrazas y disfrutar de su ambiente. Y como toda urbe moderna que se precie, tiene una gran arteria comercial, la carrera Espinel, popularmente conocida como calle de la Bola , donde encontraréis una sucesión de concurridos restaurantes, cafeterías, comercios y coloridas tiendas de souvenirs .
Panorámica de la histórica plaza de toros de Ronda desde el hotel Catalonia Ronda. © Yolanda Cardo Miradores de infarto y uno de nombre políticamente incorrecto… Aunque el municipio en sí es un continuo mirador a su fabuloso entorno, hay uno peculiarmente famoso que se encuentra en La Alameda del Tajo . Un apacible paseo arbolado de principios del XIX con unas vistas magníficas a la serranía, especialmente desde el llamado, perdón por la expresión, “balcón del coño”. El motivo es bien sencillo, todo aquel que se asoma a este inmenso ventanal exclama ¡coño! No es para menos, nuestros pies reposan sobre una plataforma a muchos metros de altura…
Si tenéis miedo a las alturas, mejor no os asoméis a este balcón. © Yolanda Cardo La ronda Rilke y la de Irving, Hemingway, Orson Wells… Esta es una ciudad seductora. Nadie queda indiferente ante ella, ya lo comprobaréis cuando vayáis a Ronda con amigas. En el siglo XIX figuraba en el itinerario de los llamados viajeros románticos . Con sus apasionados testimonios, Rainer Maria Rilke, Washington Irving, Lady Louisa Tenison o Richard Ford descubrieron esta escarpada atalaya sureña a los europeos, aunque también ayudaron a forjar muchos de los tópicos que aún nos persiguen.
Décadas después, la fascinación de Ernest Hemingway y Orson Welles por la tauromaquia les convirtió en personajes asiduos a sus calles pero sobre todo a su coso. Ambos siguen siendo eternos embajadores de esta ciudad que tanto amaron, incluso el propio Welles quiso ser enterrado aquí. Sus restos reposan en la finca del que fuera su gran amigo, el torero Antonio Ordóñez.
Un mural de cerámicas homenajea a los viajeros románticos de Ronda. © Yolanda Cardo Dónde comer muy bien en Ronda Saborear la variada y rica gastronomía rondeña es una experiencia a sumar a las tantas y tantas que ofrece la ciudad. La comarca presume de producto y de calidad, un tándem irresistible y muy sabroso. Aquí van algunas propuestas. Si os gusta la comida tradicional el restaurante “El Portón” , en la calle Pedro Romero 7, resulta perfecto, tanto para picoteo como para comidas. En la plaza del Socorro no dejéis de probar el bollito con lomo en manteca o el bocata de calamares en “La Taberna” . Otro clásico muy frecuentado es “El Lechuguita” , en la calle Virgen de los Remedios, tapas a 90 céntimos y un ambiente muy divertido. Que buscáis algo más sofisticado pero igualmente delicioso, reservad en el restaurante Azahar en el Hotel Catalonia Reina Victoria o en el restaurante Panorámico , con espectaculares vistas a la plaza de toros, con el chef Álvaro Anguiano a la cabeza.
Croquetas de jamón ibérico y unos ligeros bocados de calamares son algunas de las deliciosas propuestas del restaurante Panorámico. © Yolanda Cardo Bodegas con mucha historia Un buen plan en un viaje a Ronda con amigas es visitar alguna bodega. Por ejemplo Descalzos Viejos , ubicada en un antiguo convento trinitario, con una increíble historia detrás. Según cuenta la leyenda, durante la ocupación napoleónica un oficial francés se citó aquí con una joven lugareña creyendo que esta había caído rendida a sus encantos. Qué equivocado estaba, el encuentro resultó ser una emboscada a la que no sobrevivió. Como represalia las tropas francesas bombardearon el edificio, que quedó prácticamente derruido. Así permaneció hasta que Paco Retamero y Flavio Salesi decidieron recuperarlo para convertirlo en bodega. Cualquiera de ellos os contarán encantados el resto de la historia mientras saboreáis sus sorprendentes vinos.
La bodega Descalzos Viejos, buenos vinos y mucha historia. ©Yolanda Cardo Dormir en un hotel con vistas a… Para descansar en este fin de semana activo en Ronda con amigas os recomendamos el Hotel Catalonia Ronda , un magnífico cuatro estrellas, muy céntrico, con unas vistas inmejorables a la mítica plaza de toros. Piscina infinita en la azotea; spa, con precios más que interesantes, y una oferta culinaria deliciosa en el restaurante Panorámico del que ya os hemos hablado.
Las casas blancas se asoman a la garganta natural del río Guadalevín. © Yolanda Cardo Te puede interesar…
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