Piscinas naturales, campos de almendros y olivos, pueblos medievales, castillos, comida tradicional… Todo eso, además de paz, aire puro y una sensación de reloj parado, es lo que nos ofrece la comarca del Matarranya (o Matarraña). Una zona poco conocida a caballo de tres comunidades autónomas. El Salt es un salto de agua del río Tastavins. Actualizado abril 2020 “Si miras hacia allá –señala con un brazo– es Castellón . Aquella roca de allí ya es Teruel . Y aquellos pinos son Tarragona ”. Así de sencillo ejemplifica José la esencia del Matarranya , una comarca de Aragón pero, también, una franja de tierra que confunde espacio geográfico, cultura y hasta idioma con las comarcas de Els Ports de Morella y de Terra Alta . Tres comunidades autónomas: Aragón, Comunidad Valenciana y Cataluña, que confluyen en un pequeño paraíso.
José tiene una casa antigua, en mitad de los campos, que se ha reconvertido en alojamiento rural. Allí se alojan turistas amantes de la naturaleza, ciclistas, asiduos del barranquismo … Un turismo activo, pero también compatible con el buen comer, con el paseo tranquilo por pueblos de piedra y con la visita a monumentos históricos con el aliciente de la calma y el aire puro. La comarca de El Matarranya tiene apenas 20 municipios y 9.000 habitantes.
Piscinas naturales de Matarranya El paisaje es uno de los activos de esta comarca. En contraste con el Teruel más árido y seco del interior, esta zona recuerda al paisaje mediterráneo y está repleta de ríos y corrientes de agua que la pintan de verde entre las rocas. En los cálidos días de verano una de las atracciones es bañarse en alguna de las numerosas pozas naturales que existen. Aguas transparentes rodeadas de rocas con formas esculturales y con el olor a pino, romero y tomillo inundándolo todo.
Algunas de las piscinas naturales más conocidas son las de Beceite . Desde este pequeño pueblo se puede hacer la excursión de La Pesquera , una ruta de unos 8 km con acceso regulado. Hay que pagar en los diferentes aparcamientos que hay para acceder, cosa que disgusta a los habitantes del pueblo, que toda la vida habían podido bañarse sin restricciones ni pagos. Pero hay que considerarlo como la aportación a la conservación de un enclave natural precioso, donde puedes ir parando y refrescándote en una poza (toll en el catalán de la zona, que llaman “chapurreao”), totalmente natural.
Piscina natural del río Uldemo, en Beceite. La ruta del Parrizal Esta atractiva ruta se adentra hasta llegar a los Estrets del Parrizal , una garganta con paredes de 60 metros de altura. La excursión, que se ha hecho muy popular en los últimos tiempos, lleva por paisajes idílicos. En diferentes tramos hay que subirse a las pasarelas de madera para caminar en paralelo al río o para cruzarlo. Las paredes verticales a lado y lado, pintadas de colores por la erosión del río a lo largo de miles de años, son un escenario espectacular. En toda esta ruta está prohibido bañarse para preservar el equilibrio de la zona.
El Salt, una gran salto de agua Entre Valderrobres y La Portellada tienes que pararte y admirar el Salt , un espectacular salto de agua del río Tastavins (un afluente del Matarranya). Antes de la catarata, aguas arriba, hay numerosas pozas, agujeros en la roca tallados por la erosión a lo largo de miles de años, y hoy convertidos en piscinas naturales .
Estrets del Parrizal y Beceite Beceite está situada a los pies del Parque Natural de Els Ports , todo un conjunto de gran belleza repleto de bosques de hayas, pinos, encinas y robles. En toda la zona, campos de olivos y almendros se extienden por doquier, y suaves colinas conviven con peñascos espectaculares donde los buitres anidan tranquilos. Las carreteras comarcales serpentean entre los sembrados y son una auténtica delicia.
Puente de Valderrobres. Qué ver en Valderrobres, un pueblo de otros tiempos Recorrer los pueblos del Matarranya es adentrarse en otros tiempos y parar el reloj. La joya de la corona es Valderrobres , capital y centro neurálgico de la zona. Su imponente castillo-palacio del siglo XIV corona el conjunto. Es muy recomendable entrar en el pueblo desde abajo, cruzando el río Matarranya por el puente gótico de San Roque para llegar a la plaza porticada donde se encuentra el edificio monumental del ayuntamiento.
Luego se puede ir ascendiendo por las callejuelas hasta llegar a la gran plaza mirador que acoge el castillo y la majestuosa iglesia gótica de Santa María la Mayor . Allí, por cierto, se reúnen cientos de tambores en las tradicionales tamborradas de Pascua, que también están presentes en muchas fiestas de verano.
Peñarroya de Tastavins. Cárceles medievales y ermitas Como en muchos otros pueblos de la comarca, hay un lugar destacado para la cárcel. En casi todas las localidades tenían un edificio destinado a detener a los malhechores y a hacer justicia, ya que las malas comunicaciones hacían imposible el traslado de los reos.
A lo largo de la comarca se suceden pequeñas o grandes ermitas con sorprendentes obras de arte dentro, como techumbres de estilo mudéjar o retablos únicos. La ermita de la Virgen de la Fuente es uno de los muchos ejemplos. También hay lugar para pinturas rupestres y restos ibéricos.
Techumbre de la ermita Virgen de la Fuente. Calaceite, La Fresneda y Cretas Calaceite se considera la capital cultural de la zona y cuenta con un casco antiguo imponente, como la iglesia barroca o las murallas. La Fresneda destaca por su monumentalidad, repleta de mansiones renacentistas, la calle Mayor con preciosos soportales y los restos de un castillo que ofrecen una vista panorámica excepcional. Cretas es pequeña pero encantadora… Cualquier pueblo de esta zona ofrece una sensación de tiempo congelado, de serenidad y orgullo, difícil de definir.
Peñarroya de Tastavins es un pueblecito de casas apiñadas en la falda de dos imponentes rocas que presiden esa parte del valle. En este pueblo se encuentra también una sede del parque Dinópolis, llamada Inhospitak. Allí se pueden admirar fósiles de hace cien millones de años, y también la réplica de un imponente dinosaurio de 17 metros de altura encontrado en el municipio y al que se bautizó como Tastavinsaurus.
Apuntes para el viaje a la comarca del Matarranya Cómo llegar La comarca está conectada por carreteras nacionales con las poblaciones de la costa y del interior. Desde Barcelona se llega en unas dos horas y media, más o menos igual que desde Valencia. Desde Zaragoza está a una hora y media. Es recomendable ir en coche para poder recorrer bien todos los pueblos y lugares de interés.
Dónde dormir • En Beceite, la Antigua Posada Roda ofrece habitaciones sencillas pero bien mantenidas. En el punto de partida de muchas excursiones.
• Entre Valderrobres y Fuentespalda, se encuentra La Torre del Visco , un hotelito de lujo de la cadena Relais & Chateaux, en una antigua torre de vigilancia. Precio alto pero sensación de lujo en mitad de un paisaje de verdor y de paz.
Qué comer Cordero, aceite, jamón, cecina, almendras o miel son algunos de los muchos productos de la zona. Las pastas típicas llenan el estómago y dejan un sabor de miel, anís y aceite en la boca. El queso y los embutidos se presentan también en sabrosas cocas de la región. El melocotón es la fruta estrella.
Dónde comer bien en la comarca del Matarranya/ Matarraña • Fonda La Plaza . Una de las fondas más antiguas de España, en el corazón de Valderobles, con una carta típica de la región.
*Fotos cedidas por la Comarca del Matarranya.
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