La más remota de las islas Canarias, El Hierro, se ha convertido en la protagonista de una ficción. Sí, en Etheria Magazine también nos gustan las series y la rodada hace unos años por Movistar+ en nuestra isla más meridional, nos ha atrapado. Entre las intrigas de la investigación de un asesinato nos desvela a poquitos, con el ritmo cambiante de cada capítulo, los encantos de la isla más radical del archipiélago.
Sabina en El Hierro. Es la más remota y, a la vez, la más joven de las islas Canarias; por ello, las rocas volcánicas componen su abrupto paisaje formando imponentes acantilados, a la vez que perfilan el carácter salvaje de sus playas. Isla atlántica, sí, pero la situada más al sur del archipiélago. No te engañes, no refleja la cercana aridez africana, porque está sometida a bruscos cambios de clima por los alisios y la corriente fría que baña sus costas. Juntos modelan un panorama imposible entre nieblas. Como esas viejas sabinas retorcidas de la punta occidental de la isla en la Dehesa de Sabinosa . Ese aliciente de contrastes se refleja en la serie también desde el primer segundo convirtiendo a estos viejos árboles modelados por el viento en protagonistas de su secuencia de apertura que nos mete de lleno en un thriller.
Una historia viva que va cambiando a los personajes como esta isla que, en 2011, registró su última erupción volcánica. Fue frente al paraíso para buceo y pueblo pescador de La Restinga, al sur de la isla. Aunque la actividad volcánica se mantuvo submarina a punto estuvo de cambiar la geografía herreña.
Restaurante del mirador La Peña y mirador de los Boscos. Sin aliento al borde del viejo volcán La tecnología de filmación ofrece perspectivas únicas de la isla y la sensación de colarnos en una película a través de la espectacularidad de sus panoramas. Como el mirador de Jinama que asoma al vértigo del extraordinario valle del Golfo y conecta con un viejo sendero empleado para la “mudada” o migración estacional que los isleños hacían con sus ganados y enseres para el aprovechamiento de los pastos y las tareas agrícolas, como la vendimia, hasta bien entrado el siglo pasado. O bien admira la espectacularidad que muestra El Golfo, anfiteatro natural rodeado de riscos, desde el mirador de la Peña. Otra perspectiva frecuente de la producción televisiva ya que es donde se reúnen los amigos del fallecido.
📌 En el lugar, el artista canario César Manrique realizó una intervención inspirada en la arquitectura canaria. El edificio, a 645 metros sobre el mar, rinde homenaje a la tierra rodeado de espacios al aire libre en varios niveles, como las viviendas herreñas, y de la vegetación autóctona. Se destinó al restaurante Mirador de la Peña donde degustar la gastronomía canaria de la mano de jóvenes restauradores isleños.
Tabaibas y sabinas en El Hierro. Al pie del Malpaso Cuando veas las escenas de la Bajada de la Virgen, desde el santuario de Nuestra Señora de los Reyes, romería que convoca en la zona más elevada a herreños de todo el mundo cada 4 años –la última fue en 2017– estarás a punto de saber el desenlace de la serie. Donde algunos de sus momentos más tensos recorren parte de los 30 kilómetros de senderos que atraviesan la zona de cumbres isleñas alrededor de su mayor altitud, el pico Malpaso, de 1.571 metros. Te sentirás irremediablemente atraída por esos paisajes de bosque de laurisilva donde, la lluvia horizontal provocada por las nubes cargadas de humedad que acarrean los vientos alisios, quedan prendidas entre ramas y hojas descargando su codiciada agua en pequeñas gotas que se deslizan por la superficie vegetal.
Iglesia de Valverde (El Hierro). Valverde, sin semáforos ni ascensores La isla cobra protagonismo mostrando sus paisajes en cada escena. Para núcleo urbano de referencia se eligió la localidad de Valverde . Es el principal municipio y capital isleña, donde se ubican los juzgados en los que se desarrollan algunas de las escenas administrativas de la serie. Realmente en esta población es donde se encuentran las sedes de organismos oficiales.
Entre las singularidades de Valverde cuenta la de ser la única capital canaria que no está ubicada junto al mar, sino en la ladera de la vertiente noroeste de la isla a 571 metros de altura sobre el mar, y que es una ciudad libre de semáforos, no los necesita para ordenar la circulación entre sus tres barrios. Como destaca la jueza en su primera visita al juzgado, del que ha sido nombrada titular, al extrañarse también de la ausencia de ascensor , algo que es habitual en Valverde. Ninguno de sus edificios lo poseen, para qué si las construcciones son casas terreras –viviendas tradicionales- o no sobrepasan las tres plantas.
Océano Atlántico en El Hierro. El Atlántico omnipresente en la serie Hierro El océano sobrecoge en las escenas de Hierro, tal vez porque se trata de un elemento clave en el desarrollo de la trama, así como en la vida cotidiana de la isla, limitada a las comunicaciones por barco, y a los vuelos que llegan a su aeropuerto de los Cangrejos procedentes de otras islas canarias, principalmente de Tenerife. No obstante, la isla cuenta con rincones magníficos ligados al profundo azul del Atlántico como el Charco Azul . Una cavidad de El Golfo modelada por las lavas y después horadada por el mar que penetra en ella naturalmente convirtiéndolo en uno de los lugares europeos más apasionantes para un baño de mar.
El triángulo oceánico conocido como el Mar de las Calmas , al suroeste de la isla, frente a El Julan , está lleno de cuevas y cavidades, enclave esencial en el argumento de la serie. Hasta la orilla nos acercamos por uno de los parajes litorales más hermosos como es la playa de El Verodal . Con sus arenas rojizas contrastando con la espuma blanca del oleaje, es el escenario elegido para la aparición del cadáver.
Laurisilva y bosque de fayal en El Hierro. Donde nace la bruma El nordeste de la isla es territorio de brumas . En esta localización, de las más difíciles de habitar, se han rodado varias de las escenas cruciales. A pesar de las suaves temperaturas que gobiernan los inviernos isleños, la presencia habitual de la niebla vuelve el ambiente muy húmedo.
Con el negro imperante de las lavas contrasta el monteverde, masa vegetal de retazos de laurisilva, y el bosque de fayal-brezal que se conservan en La Llanía. Todos se alimentan de esas nieblas que soplan del norte gracias a los vientos alisios. El resultado es un bosque denso con variedad de árboles de hojas duras como el laurel que pueden superar los 25 metros de altura y que nunca pierden la hoja. Su capacidad de retener las nubes se contempla en el mirador de la Llanía donde un gran brezo con la base limpia de vegetación colecta esa lluvia horizontal condensándola en su base para alimento de una fuente.
Pardelas en El Hierro. El canto de las pardela En dos capítulos, durante escenas de complicidad, surge un sonido similar al llanto de un bebé. Solo los recién llegados desconocen algo tan familiar para los herreños como el canto de la pardela cenicienta que utiliza para orientarse frente a los cantiles. Ave marina habituada a criar en primavera en los acantilados isleños –El Hierro acoge más de 4.000 aves de las 30.000 que crían en Canarias– y que se encuentra en estado amenazado. En la noche de los meses de octubre y noviembre, los pollos inician sus primeros vuelos y desorientados se dirigen hacia las luces urbanas de los núcleos costeros. Todos los años en otoño se realiza una campaña de voluntariado entre la ciudadanía para colaborar en su protección. No solo la contaminación lumínica sino la luna llena despistan a los jóvenes inexpertos que vuelan hacia el interior cayendo en tierra, de donde son incapaces de despegar.
Mirador del valle del Golfo (El Hierro). Una montaña roja que suena No podía faltar la aparición de uno de los parajes más pintorescos de la isla, el campanario de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en uno de los episodios con más tensión. El templo se halla al pie de la montaña de Joapira, un perfecto cono volcánico de color almagre, sobre el que se contempla solitario el campanario de tres alturas y cubiertas rojas como el picón volcánico ladera abajo. Construcción contemporánea al templo y cuya ubicación fue elegida para que la comunicación a través de las campanas llegase a todos los vecinos del municipio de Frontera. Es a su vez un mirador del valle del Golfo que quita el aliento.
Lagarto gigante de El Hierro y Golfo de Roques Salmor. El lagarto más grande y el hotel más pequeño Un encuentro amenazante del thriller requiere de un lugar escondido, y para ello nada mejor que el promontorio de Puntagrande que se adentra en el oleaje atlántico sobre el que se ubica el hotel Puntagrande . Desde que en 1984 fue inscrito en el libro Guinness de los Records como el hotel más pequeño del mundo , las historias de sus piedras y su decoración marinera se han convertido en un punto de atracción turística del que solo pueden disfrutar las personas que ocupan sus 4 habitaciones exclusivas con vistas sobre el mar.
El edificio se levantó en 1830 frente al oleaje como almacén de frutas, vino y otros productos del campo del Valle del Golfo para ser embarcados desde allí. Su reconstrucción con rocas del lugar y maderas arrastradas por las olas lo convierten en una auténtica oda al mar y a las aventuras oceánicas.
Es un Bien de Interés Cultural y un emblema turístico de la isla que compite con un vecino exclusivo, el lagarto gigante de El Hierro. Con sus notables dimensiones –hasta 70 centímetros de longitud– habita los terrenos pedregosos de los roques frente a Puntagrande, concretamente en la Fuga de Gorreta , en el roque de Tibataje , y en los impresionantes Roques de Salmor , unos islotes próximos a la costa protegidos como reserva natural integral por sus aves marinas, así como por la antigua presencia de este lagarto. En el Ecomuseo de Guinea se está reintroduciendo y criando en cautividad, ya que es el lagarto más amenazado de nuestro continente .
Lava solidificada en Los Lajiares (El Hierro). Última mirada sostenible Cuando acabas de ver los 8 capítulos de la serie estás convencida de que la isla tiene alma porque se queda prendida de tu memoria invitándote a conocerla a través de una mirada propia. Esos mismos perfiles isleños que se llevó Cristóbal Colón en la retina, sin saber siquiera que existía América, son idénticos a los que dibujaba la nostalgia de los emigrantes que embarcados rumbo a América volvían la vista hacia el último pedazo de tierra firme europeo, la isla de El Hierro.
Por el suroeste, por donde se halla desde el siglo pasado el faro de Punta de Orchilla , pasaba una línea imaginaria, el meridiano 0, hasta que se trasladó a Greenwich en 1884. La última mirada a la isla del Meridiano, hoy día una isla sostenible por ser autosuficiente por su energía renovable, se la llevaba el Roque de la Bonanza , un dique volcánico al este insular en la zona de Las Playas y uno de sus más preciosos símbolos naturales.
Roque de la Bonanza (El Hierro). Más viajes en Canarias Una escapada romántica al hotel Faro Punta Cumplida (La Palma, Canarias) .
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