Uzbekistán conserva las tres ciudades oasis más bellas de la ‘Ruta de la seda’: Khiva, Bukhara y Samarcanda. Por ellas pasaron las principales caravanas de mercaderes, incluidas las de Marco Polo. Si esto no te parece suficiente, te damos muchas más razones para visitarlo en este artículo.
Mezquita de Kalon. © David Santiago. En Etheria Magazine hemos visitado estas tierras legendarias para contarte aquello que deberías visitar y darte buenas razones para ello. De momento, aquí tienes 10 motivos que justifican un viaje a Uzbekistán. Estamos convencidas de que, una vez allí, saldrán montones de razones más para quedarse una temporada.
10 razones para viajar a Uzbekistán 1. Una arquitectura majestuosa Mezquitas, minaretes, madrazas, palacios, mausoleos … la diversidad y riqueza arquitectónica de Uzbekistán no tiene parangón en el mundo. La fortuna obtenida por la comercialización de la seda levantó majestuosos edificios, muchos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cúpulas celestes, fascinantes mosaicos, fortalezas mayestáticas… todo un mundo por descubrir. Pasea por sus calles e introdúcete en una novela histórica donde tú eres la protagonista.
Joven uzbeka en Khiva. ©D.S. 2. Uzbekistán, el país de ‘Las mil y una noches’ Si eres una apasionada de las leyendas milenarias, de los cuentos clásicos y de los contadores de historias, seguro que te habrás imaginado escenarios como los que encontrarás en las ciudades uzbekas. Además de una ruta comercial, la Ruta de la seda ha sido un itinerario de sabiduría popular, donde la influencia de tantas culturas y tradiciones han aportado conocimiento y, sobre todo, tolerancia y respeto .
Mujeres en el mercado de Tashkent. ©D.S. 3. Su carácter multiétnico Uzbekistán ha formado parte de numerosos imperios a lo largo de la historia y esos periodos han quedado marcados en su cultura y sus habitantes. Los uzbekos son amables, curiosos y acogedores. No será extraño que alguna familia te invite a comer o a compartir con ellos otras experiencias puesto que les encanta relacionarse con personas de otras procedencias.
Puerta de Ata Darwaza, en Itchan-Kala, la ciudad vieja de Khiva. © D.S. 4. Khiva, un museo de adobe al aire libre Khiva es una ciudad amurallada de arquitectura tradicional de adobe donde el tiempo parece haberse detenido. Está considerada la ciudad medieval mejor conservada de Asia central, e incluso del mundo islámico. Necesitarás varios días para deambular por este museo al aire libre repleto de edificios históricos: las puertas antiguas de la ciudad, una cadena de minaretes, incluido el de Islam-Hoja, de 45 metros de altura, el complejo arquitectónico de Pakhlavan-Makhmud, la congregación Juma Mosque con columnas talladas de asombrosa belleza, o el exquisito palacio Tash-Hauli construido en el siglo XIX como residencia del emir, su séquito y su harén.
Mir-i-Arab Madrasa de Bukhara. ©D.S. 5. Bukhara, la ciudad santa de Uzbekistán Bukhara es para muchos la joya de Uzbekistán . Aquí se concentran el mayor número de mezquitas, madrasas, mausoleos, tumbas y otros edificios islámicos, declarados patrimonio de la Humanidad. Bukhara fue un gran centro de sabiduría en la Edad Media. Aquel esplendor se refleja aún en la mezquita Djuma y en la madrasa Mir-Arab , que escoltan al minarete Kalon ; o en la madrasa Abdulaziz Khan o en la fortaleza del Arca. También en sus bazares, con esas cúpulas de adobe, son el deleite de los visitantes de esta maravillosa ciudad.
Taqi-Sarrafon Bazaar de Bukhara. ©D.S. 6. Samarcanda, la perla del este Fue Amin Timur, más conocido como Tamerlán -el gran guerrero y conquistador que volvió a crear un imperio que ocupaba casi toda Asia central un siglo y medio después de Gengis Khan-, quién convirtió Samarcanda en una de las urbes más bellas de Asia. Destaca su mausoleo y la asombrosa calle de tumbas de sus parientes timúridas, la mezquita Bibi Khanum –construida para su esposa–, y lo más espectacular de todo: la plaza Registan. Sus tres imponentes madrasas –cada una de las cuales tiene su propio diseño–, forman parte de este conjunto arquitectónico, uno de los más imponentes de Uzbekistán y del mundo islámico.
Samarcanda. ©D.S. 7. Shakhrisabz la cuna del gran Tamerlán En esta pequeña localidad, situada al sur de Samarcanda, frente a las colinas de la provincia de Kashkadarya, nació Tamerlán , quién convirtió la ciudad en un importante centro de ciencia y arte. En ella se levantó el más fastuoso palacio que se conoció en aquellos tiempos: el Ak-Saraj. De él solo quedan dos pilares de la puerta monumental de entrada (que tenía más de 70 metros de alto), la mezquita Kok-Gumbaz y los mausoleos de Dor-us Saodat, Shamsuddin Kulal y Gumbazi-seyidan.
Anciana de Shakhrisabz. ©D.S. 8. La moderna Tashkent ¿Quieres conocer la otra cara de Uzbekistán? Pues no te pierdas su capital: Tashkent . El desarrollo económico y la modernización se aprecian en esta ciudad de una manera diferente a otras ciudades más turísticas del oeste.
La madrasa de Barak-Khan, del siglo XVI, se encuentra en Tashkent. © D.S. Con sus amplias avenidas en el centro y sus parques, tendrás la impresión de estar en una moderna ciudad de Norteamérica. Aunque solo por un instante, ya que los militares situados en los monumentos principales en honor al presidente te devolverán a la realidad dictatorial en la que vive el país. También tiene una parte antigua donde se visita las madrasas Kukaldosh y Barak Khan , el mausoleo Kaffal Shasi y la biblioteca donde se conserva el Corán Usman, un manuscrito de altísimo valor, fechado en el siglo VII.
Interior de la mezquita de Jami, en Hazrat. ©D.S. 9. Un pequeño homenaje al pan en Uzbekistán El pan uzbeko, o ‘lepyoshka uzbeka’, como se le conoce popularmente, es una de las señas de identidad del país. Lo verás por todas partes y a todas horas. Tiene muchas variedades y formas, aunque siempre es crujiente, brillante –lo embadurnan con una capa de aceite– y tiene un sabor delicioso ¿El secreto? las estufas de barro donde lo hornean, llamadas Tandyr, un curioso óvalo con una apertura en la parte frontal, en cuyo interior sitúan las piezas de pan ¡Dicen que no engorda!
Yodgorlik Silk Factory, en Margiland. ©D.S. 10. El valle de Fergana El valle de Fergana es la zona más fértil y rica de Uzbekistán. Está situado en el extremo oeste del país, en la frontera con Kirguistán y Tayikistán, y ofrece los paisajes más verdes y húmedos de todo el viaje. Las localidades de Kokand , Margilan o Risthan son famosas por su tradición alfarera y por sus fábricas de seda, y si bien no poseen una arquitectura como las localidades del este, aquí tienes la posibilidad de descubrir la vida tradicional uzbeka . Los mercados son un placer para los sentidos y la gente es realmente amable. Es una delicia observar los diferentes rostros y rasgos de las personas, en los que la mezcla de pueblos es evidente y bella.
Blue Ceramics, en Rishtan. © D.S. Dudas frecuentes para viajar a Uzbekistán ¿Cómo conseguir el visado para viajar a Uzbekistán?
Desde 2019, el presidente de la república de Uzbekistán, como una de las medidas adicionales para acelerar el desarrollo del turismo del país, introdujo un régimen de entrada sin visado para todos los países miembros de la Unión Europea y estancia en Uzbekistán por un periodo de hasta 30 días. Esto significa ahorrarte los dolores de cabeza que hasta ahora producía la burocracia para conseguir uno. Consulta la web de la embajada de Uzbekistán en España para resolver más dudas.
¿Qué idioma se habla en Uzbekistán?
El idioma oficial es el uzbeko, una lengua que también hablan otros 5 países.
¿Cuál es la moneda de Uzbekistán?
El Som Uzbeko (UZS) es la moneda oficial de Uzbekistán. 1 euro equivale a 10.500 UZS, lo que significa que tendrás que llevar una mochila para llevar el dinero en efectivo. Desde este año, son muchos los cajeros que aceptan tarjetas internacionales, algo que no ocurría hasta ahora. Eso sí, sólo te permitirá sacar dólares americanos, los cuales deberás de cambiar en el banco. Esto supone que te cobrarán la comisión dos veces (la del banco ronda el 1%). También son muchos los hoteles que permiten pagar con tarjeta, algo que hasta este año, no ocurría.
¿Cómo se debe vestir en Uzbekistán?
No hay un código de vestimenta para mujeres extranjeras. Muchas mujeres uzbekas usan velo, pero por razones culturales más que religiosas. Podrás ir vestida como te plazca dentro de unos límites donde aplica el sentido común, por supuesto. No olvides que estás en un país muy tradicional.
¿Se puede viajar en tren o subir a taxis?
El tren es la mejor manera de viajar por Uzbekistán. La mayoría de ciudades están conectadas en tren, circulan con normalidad y son muy cómodos. Los taxis compartidos son también muy comunes y baratos y es muy habitual utilizarlos cuando se viaja entre ciudades.
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