Por sus monumentos, su gastronomía, su luz y ese halo entre bohemio y romántico nos encanta la ciudad de Oporto. Aunque es un destino donde podríamos pasar una semana sin cansarnos, concentraremos las visitas que se pueden hacer en Oporto con amigas o con quien quieras.
Vistas de Oporto. © Pedro Cunha Actualizado 9/2023
A pleno sol o con ese chirimiri propio del norte de España, Oporto siempre es capaz de ofrecernos imágenes que querremos guardar en la retina el resto de nuestra vida. Esta ciudad donde el pasado sale a relucir tras cualquier esquina en forma de descoloridas fachadas color pastel, azulejos historiados, iglesias robustas o tabernas que siguen oliendo a comida casera siempre recibe al viajero con los brazos abiertos.
Pero no te engañes, Oporto también tiene su faceta moderna, claro que sí, pero lo justo… es decir, tiene algún que otro edificio de arquitectura propia de este siglo y restaurantes de cocina creativa, pero sigue siendo prioritario su legado cultural y las tradiciones. Te invitamos a pasar un fin de semana en una ciudad donde no existen las prisas, y donde hay mucho por admirar y descubrir.
Qué ver en Oporto Paseos por la ribera del Duero, museos, estaciones de tren, visita a bodegas, librerías de cuento, pequeñas galerías de arte… hay mucho que hacer y que ver en Oporto y te lo resumimos en sólo 12 visitas recomendadas.
Estación de São Bento. © Etheria Magazine 1. Estación de tren de São Bento No es fácil elegir cual podría ser la primera visita en Oporto porque hay muchos lugares sorprendentes, pero la estación de São Bento (San Benito) es obligada. Lo más llamativo en esta estación de tren, en activo desde 1916, es su amplio vestíbulo revestido por 20.000 azulejos. Fueron pintados por Jorge Colaço y narran episodios históricos, costumbres portuguesas y medios de transporte, principalmente. A partir del siglo XVIII los azulejos se emplean en Portugal para decorar edificios públicos y viviendas privadas. Este material, que tenía un precio elevado, también era una señal de estatus, que servía a los nuevos ricos llegados de Brasil para exhibir –ya desde las fachadas– sus grandes fortunas.
Catedral de Oporto. © Etheria Magazine 2. Catedral de Oporto A escasa distancia de la estación de tren anterior, se encuentra la Catedral de Oporto que fue levantada en el siglo XII. Sus paredes en el interior están bastante desnudas, ya que la decoración barroca se concentra en sus altares y retablos dorados. Merece la pena entrar para admirar también el museo con su tesoro y ver su precioso claustro con historiados azulejos. El palacio Episcopal también forma parte del conjunto. Y no muy lejos se halla la Iglesia de San Lorenzo dos Grilos , por si te sobra algo de tiempo.
Atardece sobre La Ribeira (visto desde Vila Nova de Gaia). © Piñero Amerio 3. Un paseo por La Ribeira Desde la Catedral se alcanza a ver la ribera del Duero y la otra orilla (Vila Nova de Gaia) donde se sitúan las bodegas. Se puede bajar hasta esta zona en el funicular Dos Guindais (2,50 €). El ambiente en la zona de La Ribeira está asegurado todo el día; por la mañana no falta gente que pasea o que se toma el primer café al sol en alguna terraza. Por la tarde, actores, músicos y cantantes callejeros amenizan el ir y venir de autóctonos y turistas. Al caer el sol es un lugar idóneo para caminar o para ver cómo el cielo se tiñe de tonalidades rojizas y la ciudad enciende poco a poco sus farolas.
Un paseo por los callejones de La Ribeira. © Etheria Magazine Anímate a entrar por los pequeños callejones que salen de esta avenida fluvial y que se introducen en un barrio que parece anclado en el Medievo, no te faltarán pintorescas fotografías.
4. Crucero por el Duero Para admirar la ciudad desde otra perspectiva mientras descansas un rato, te recomendamos que hagas un pequeño crucero fluvial. Entre las distintas modalidades que existen, una de las más demandadas es la que recorre el Duero pasando por debajo de los 6 puentes de Oporto. Tiene una duración de unos 50 minutos. Puedes reservarlo en Crucero de Oporto (18 €) o Crucero desde Vila Nova de Gaia (15 €). Existen descuentos y gratuidades para niños.
La Ribeira y barcos que recorren el río Duero. © Etheria Magazine 5. Bodegas en Vila Nova de Gaia Cruza a pie el puente de Luis I para llegar a esta orilla del Duero. Camina por esta ribera para curiosear el quehacer de los barqueros, los jóvenes que se disponen a practicar deportes en el agua y acércarte a conocer alguna de las bodegas que se sitúan en este lugar. Entre las más recomendables están la Bodega Ramos Pinto (www.ramospinto.pt), fundada en 1880, en la que se pueden visitar las cavas y las oficinas de los antiguos gerentes, repletas de reliquias. Otras bodegas con solera son Sandeman (de 1790, www.sandeman.com), Ferreira (edificada sobre un viejo convento) y Calem (de 1859), que ofrece una visita guiada por unos 17 €.
Cartel de la bodega Ramos Pinto. © Etheria Magazine Es recomendable reservar la visita con antelación, ya que es una actividad que suelen contratar los grupos y puedes quedarte sin plaza. Otra opción es reservar un tour de Civitatis que contemple Oporto y las bodegas por unos 34 €. Tú eliges, pero no olvides comprar alguna botella para recordar el viaje al volver a casa.
6. Iglesia de San Francisco Seas poco o mucho de visitar templos, la iglesia de San Francisco merece la pena que la veas. Casi podríamos apostar que no has visto algo tan recargado en tu vida. Su interior es una concentración de elementos barrocos y de oro difícil de igualar. Aunque fue construida en el siglo XIV con el estilo de moda, el Gótico, el revestimiento del interior (en techos, capillas y columnas) es Barroco, de varios siglos después. Además de cegarte con sus brillos, recorre también el museo y las catacumbas.
El Palacio de la Bolsa se encuentra justo al lado y también es muy bonito, acércate a verlo, y si puedes, haz la visita guiada.
Tranvía de Oporto. © Ricardo Resende 7. Un paseo en tranvía No sólo Lisboa tiene tranvía, también Oporto dispone de varias líneas (desde 1872) que enlazan el casco urbano e, incluso, una de ellas llega hasta las playas de Foz. La opción de viajar en tranvía es barata y permite hacer una pequeña radiografía del lugar cómodamente sentada. La línea 1 conecta el centro con el Jardim do Passeio Alegre; la línea 18 lleva hasta las playas de Foz de Douro; y la línea 22 , que se mueve entre los barrios de Batalha y Carmo, es la más turística. En Oporto también hay metro y bus urbano, por lo que ésta es sólo la opción romántica.
Librería Lello, conocida por su relación con la saga de Harry Potter. © Ivo Rainha 8. Librería Lello El éxito de Harry Potter no sólo cambió la vida de su autora, J.K. Rowling, sino que ha supuesto una auténtica revolución en aquellos destinos que aparecen en sus libros o en las películas basadas en los mismos. Uno de esos puntos es la Librería Lello, cuyas escaleras inspiraron a la escritora para crear la fantasía de Hogwarts.
El éxito ha sido tal (más de un millón de personas visitan la librería anualmente) que han tenido que cobrar entrada (8 €), aunque luego descuentan el importe si haces alguna compra. Resérvala previamente para no tener que hacer cola…
Si quieres conocer el ambiente nocturno de Oporto, regresa por la noche a esta zona y pregunta por la Rua da Galerias de Paris , donde se concentran un buen número de bares y de pubs muy animados. Otra opción es apuntarte a alguna salida organizada, si viajas sola y te apetece conocer gente te puede interesar la llamada Pub Crawl (20 €). Si prefieres algo más tranquilo, prueba con una noche de fados (19 €).
Atardecer en Oporto con el Puente Luis I a la derecha de la imagen. © Daniel Sessler 9. Torre de los Clérigos y otros miradores de Oporto Desde la librería puedes llegar caminando, en pocos minutos, hasta la Torre de los Clérigos . Hay quien asegura que, con sus 76 metros, es la más alta de Portugal, pero lo único que te confirmamos es que sus más de 200 empinados peldaños te conducen a la gloria de ver Oporto desde las alturas. A la iglesia puedes entrar gratuitamente pero para subir a la torre tendrás que pagar 8 € e incluye visita al museo . Se puede comprar online.
Si no estás por la labor de abonarlos, otra opción para disfrutar de buenas vistas gratis es acercarte al Mirador da Victoria (Rua de Sao Bento da Victoria), tras el Centro de Fotografía Portugués; o bien subir al segundo nivel del Puente de Luis I , junto a la Ribeira, desde donde se pueden admirar las dos orillas del Duero (Oporto y Vila Nova de Gaia).
Además del museo y el parque, no olvides visitar la Villa Serralve, un ejemplo de Art Déco de los años 30. © Pedro de Sousa 10. Museo de Arte Contemporáneo de Serralves Alojado en un edificio diseñado por el arquitecto Álvaro Siza Vieira , ganador del premio Pritzker, el Museo Serralves es una cita obligada para los amantes del arte contemporáneo. En su colección encontrarás artistas portugueses e internacionales desde finales de los años 60 hasta la actualidad. Es aconsejable no ir con prisas porque tiene 4.500 m2 de áreas expositivas, y otros 8.200 m2 más entre el auditorio, la biblioteca, la librería, el restaurante, etc. El espacio ha sido concebido para entrar en diálogo con la naturaleza, por lo que no se debería desdeñar un paseo por sus maravillosos jardines, que ocupan 18 hectáreas.
Sería imperdonable no mencionar otro espacio de arte: el Museo Soares dos Reis , que es el más antiguo de Portugal y está situado en el Palacio dos Carrancas. Cerca del mismo se sitúan los Jardines del Palacio de Cristal , un auténtico pulmón verde que regala también bonitas vistas.
Casa de la Música de Oporto. © Filipe Sousa 11. Casa de la Música Seguimos con las propuestas para las mujeres amantes de la cultura y la arquitectura, porque esta visita nos lleva a un sorprendente auditorio: la Casa de la Música (www.casadamusica.com/). Esta creativa edificación en la Rotonda de Boavista surgió de la fantasía del reconocido arquitecto holandés Rem Koolhaas . Aunque su estética sea tan moderna, en sus salas se puede escuchar música de todo tipo como jazz, fado, clásica o electrónica. Consulta su programación porque asistir a algún concierto puede ser una experiencia inolvidable. Si no coincide con tu visita, trata al menos de comer en su restaurante.
Café Majestic de Oporto. 12. Café Majestic No podemos terminar las visitas imprescindibles de Oporto sin mencionar el Café Majestic (Santa Catarina, 112), que es una maravilla por su apariencia y por las historias que podría contar. Es algo así como el Café Gijón madrileño o el Café Novelty de Salamanca, un lugar donde los intelectuales, escritores y políticos se reunían, debatían y generaban ideas y acaloradas discusiones constantemente.
Fue fundado en 1921 como Café Élite, aunque un año después cambió su nombre a Majestic. Su estética elegante, que recuerda a los cafés parisinos, y el estilo Art Nouveau le han salvado de caer en el olvido. Hoy día es el marco perfecto para asistir a una tertulia, a un recital de piano o para soñar, mientras tomas un café, con aquella Belle Époque que nunca conoceremos.
© WOW es una de las visitas más curiosas de Oporto. Bonus: WOW, el distrito del vino Por si aún no habías encontrado suficientes motivos para viajar a Oporto, te contamos que hace unos años se creó un nuevo barrio cultural y turístico. Bajo el nombre de WOW (World of Wine) ya se puede conocer un conjunto de 35.000 m2, situado en Vila Nova de Gaia, que incluye varias experiencias, nueve restaurantes, bares y cafeterías, una escuela de vino, tiendas y galerías de exposiciones. Y de visita obligada también es su Museo de Diseño y Moda. Está ubicado en un edificio histórico del siglo XVIII donde se conserva una bonita capilla del arquitecto Nicolau Nasoni. En dicho museo se hace un repaso a la industria textil en Portugal y se da a conocer la moda portuguesa.
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Para tomar nota si viajas sola a Oporto Los portugueses son personas muy sociales y apegadas a la familia, por lo que a nivel emocional no te llegas a sentir sola en ningún momento, ya que siempre hay alguien te habla en los bares, en la parada de autobús… Sin embargo, también se sorprenden de que una mujer prefiera viajar sola, y, en mi caso, incluso una señora portuguesa con su hija se ofrecieron a acompañarme una noche al hotel porque «no eran horas para que una chica estuviesa sola en la calle» (las 11 de la noche). Tampoco es una ciudad donde te sientas insegura si se guardan precauciones y no se frecuentan lugares solitarios más allá de medianoche o barrios de callejuelas laberínticas donde el sonido de tus propios pasos puede asustarte. Esta fue la primera ciudad a la que viajé sola y la recomiendo.
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