¿Te estás planteando viajar sola a la República Checa? Si te gusta conducir, visitar ciudades de cuento, una cerveza bien fría, algo de cultura y no dices que no a una sesión en un balneario, te va a gustar este itinerario que te recomendamos. Vida nocturna en Brno. © Studio Petrohrad Cada día somos más las mujeres que nos animamos a viajar solas. Y no porque no tengamos con quien hacerlo sino porque a veces también necesitamos darnos un respiro, nos gusta socializar en los destinos a los que vamos o, simplemente, preferimos viajar a nuestro aire sin tener que negociar cada decisión con los acompañantes. Si aún no te has atrevido, hay muchas razones para viajar sola a la República Checa.
En esta ocasión, te sugerimos viajar sola a Chequia, un país considerado entre los diez destinos más seguros del mundo. Si eres de las que les gusta ir bien documentadas, te sugerimos comenzar con algunos de estos libros y películas checos , y si prefieres que te sorprendan, continúa leyendo estas 5 visitas que nos aconseja la mayor experta en este destino en España: Markéta Lehečková , directora de la Oficina de Turismo en Madrid.
Ruta para viajar sola en República Checa Para realizar este itinerario es muy aconsejable que alquiles un coche para trasladarte cómodamente y para disfrutar conduciendo por carreteras secundarias entre bosques y zonas poco pobladas. Si no te gusta ir al volante o no puedes hacerlo, quizás tardes un poco más pero los medios de transporte checos también te llevarán a estos destinos.
Ciudad de Litomysl. © UPVision Litomyšl, arte y trufas Litomyšl no solo cuenta con un bonito casco histórico y un palacio renacentista protegido por la Unesco, sino que goza de una vida cultural envidiable a lo largo de toda la temporada. Entre las visitas que no debes perderte están el museo dedicado al escultor Olbram Zoubek, que vivió y trabajó en la ciudad, y el coqueto teatro clásico del palacio de Litomyšl.
© Palacio donde se celebrea el Festival de Música Litomyšl de Smetana. También comprobarás que en toda la ciudad se come fenomenal, pero no olvides pasar por la plaza principal, donde venden riquísimas trufas artesanas , y probar la cerveza Bedrich . Si te gustan los festivales, trata de hacer coincidir tu visita con el Festival de Música Litomyšl de Smetana que se celebra en el patio del palacio. ¡Te va a encantar!
Encanto nocturno de Třeboň. © Ladislav Renner. Třeboň: baños, pescado y cerveza Esta pequeña ciudad de Bohemia del Sur también sorprende con su pintoresco casco antiguo y por los estanques que la rodean. No dejes de acercarte al estanque Rozmberk , el más grande del país, que ocupa una superficie de casi 650 hectáreas, y al de Svet , cuyo nombre significa «mundo». La capacidad de muchos de estos estanques fue crucial para prevenir las riadas en los siglos pasados, además de ser unos lugares estupendos para criar carpas.
Estanque de Třeboň. © OT. Chequia Třeboň es un destino de bienestar muy reconocido a nivel nacional, así que hay que aprovechar para hacerse algún tratamiento en un balneario. Son muy típicas las envolturas de barro, dada la excelente calidad de la turba de estos lares.
Cuenta con la piscifactoría más grande de Europa Otro aspecto muy destacado aquí es el gastronómico, sobre todo en el apartado de pescados, ya que cuenta con la piscifactoría más grande de Europa, y una de las cervecerías más antiguas del mundo . Reserva tiempo para conocer la fábrica Regent (también tiene visita nocturna). Y, por supuesto, combina estas dos experiencias: probar la carpa de Třeboň y la cerveza Regent en el restaurante Supina a Supinka . No te arrepentirás.
Lago Negro, en Šumava. © Petra Pisarovicova Los lagos glaciares de Šumava Como todo no va a ser conducir, comer y recibir masajes, te proponemos estirar las piernas haciendo una ruta de senderismo. El inicio de la misma es en Železná Ruda (como para llegar tendrás que pasar por Pilsen, aprovecha para probar la cerveza local o hacer una visita guiada a una cervecería). Una vez en Železná Ruda, muy cerca de la frontera con Alemania, inicia este itinerario circular de 9 kilómetros que lleva por el entorno del lago del Diablo y del lago Negro (Černé jezero).
El lago Negro recibe este nombre por el color oscuro del reflejo del bosque en sus aguas, está considerado el más grande del planeta . Por el lago del Diablo no os preocupéis, no hay ningún diablo (que se sepa), el nombre es producto de una leyenda que narra que una joven amarró una gran piedra a la cola de un demonio. El demonio al arrastrarse creó grandes surcos, que se llenan de agua y de los que salen monstruos.
Panorámica nocturna de Brno. © Jiri Kruzik Brno, la más cultural y elegante Tras unos días recorriendo el país, toca disfrutar de la cultura, la arquitectura, la gastronomía, la vida nocturna y el ambiente internacional de Brno. Aprovecha para lucir ese modelito que aún no has sacado de la maleta… Si solo te quedas un día y quieres que te cunda el tiempo organiza bien la jornada. No dejes de tomar el mejor desayuno de la ciudad en Café Momenta y continúa visitando la galería Morava y el búnquer nuclear 10-Z .
© Café Momenta, de Brno. Por la tarde, la merienda puede ser en Café De Fleurs porque ¿hay algo más agradable que un café con tarta en el patio de una floristería? El mejor plan nocturno que te podemos sugerir es cenar en el restaurante Kohout NA VÍNĚ y tomar después una copa en el 4 Pokoje . Antes o después, es también muy recomendable asistir a un concierto o a un espectáculo de ballet en el Teatro Nacional de Brno .
Telč y Slavonice, bonitas hasta decir basta Para terminar el viaje con un toque tranquilo y romántico, te recomendamos visitar Telč y Slavonice, dos ciudades de arquitectura renacentista, cuya belleza es tan abrumadora que te costará asimilarla.
Telč es igual de encantadora de día o de noche. © Ladislav Renner El romanticismo de Telč En Telč prepara la cámara para hacer fotos en unas cuantas ubicaciones: la plaza principal, donde las viviendas que la rodean parecen haber salido de un cuento de hadas; en su romántico palacio, que desvela la admiración de su propietario por el Renacimiento italiano; y en los estanques que rodean la ciudad, donde se crean bucólicas estampas. El hecho de estar incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco no es, desde luego, fortuito.
Fachadas de Slavonice. © Ladislav Renner Los grabados de Slavonice A solo 24 kilómetros se encuentra Slavonice , donde te quedarás sin palabras al admirar las fachadas de las casas renacentistas de su plaza. Los detallistas grabados de las viviendas harán que pases un buen rato admirándolas de una en una. Y si estas ciudades te impresionan, espera a ver el espacio natural que las rodea. Recibe el nombre del Canadá checo y está formado por profundos bosques, cascadas y una variada fauna salvaje.
Arte, naturaleza, cultura, gastronomía… ¿qué más se puede pedir de una escapada?
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