Las cascadas son un foco de atención en cualquier viaje, uno de esos ‘highlights’ que quedan para siempre en la memoria y en la cámara de fotos. Quizá por el efecto relajante del sonido del agua o por representar la fuerza de la naturaleza, no puedes dejar de mirarlas. Aquí te enseñamos 8 cataratas del mundo para que te traslades mentalmente a su orilla y comiences a soñar con el viaje. Cataratas de Iguazú. 1. Cataratas de Iguazú Las cataratas de Iguazú , situadas en la frontera entre Brasil y Argentina, son una de las visitas imprescindibles de Sudamérica y una de las cataratas más impresionantes del mundo. Son un espectáculo increíble, con más de 270 cascadas a lo largo de casi tres kilómetros que salvan caídas de hasta 80 metros. Un lugar donde la fuerza de la naturaleza se muestra sin tapujos. Puedes visitarlas desde los dos países. Se dice que Argentina tiene los saltos de agua y Brasil las vistas, así que no te pierdas ninguna de las dos experiencias. Eso sí, es obligatorio que te asomes a la Garganta de Diablo (la parte más caudalosa) y que te subas a una de las lanchas que te acercan a la base de la catarata. La experiencia es indescriptible pero… ¡prepárate para mojarte!
Cataratas Victoria. © Jason Zhao 2. Cataratas Victoria Con sus más de 100 metros de caída, las cataratas Victoria , situadas en la frontera entre Zambia y Zimbabue son uno de los espectaculares naturales más bellos del continente africano. Y una de las cataratas más bonitas del mundo. Si viajas en la temporada seca (de abril a octubre) es mejor verlas desde Zambia y si lo haces en la húmeda (de noviembre a marzo) es preferible desde Zimbabue. Ten en cuenta que la caída de agua es tal que sólo puede verse el fondo de la cascada durante la estación seca debido al vapor de agua que genera. En cualquier caso, disfrutaréis de la naturaleza y merece la pena aprovechar para, además de pasear por los miradores, realizar algún safari en los parques nacionales que rodean la zona. El mejor modo de descubrir la maravillosa fauna africana.
Cataratas del Niágara. 3. Cataratas del Niágara Las conocidas cataratas del Niágara , que salvan un desnivel de 50 metros, cuentan con un lado canadiense y otro estadounidense (pueden visitarse desde ambos países) y llevan siendo visitadas por los viajeros desde el siglo XVIII. Pueden considerarse unas ‘cataratas urbanas’ por las infraestructuras turísticas que han surgido a su alrededor, que las han convertido más en un parque temático que en un lugar donde disfrutar de la naturaleza. Que esto no te eche para atrás, ya que el atractivo de los tres saltos de agua es innegable y el entorno guarda un cierto aire ‘kitsch’ que tiene su punto. Además de disfrutar del espectáculo natural, puedes realizar distintas actividades como dar un paseo en el barco Maid of the Mist con el que acercarte, pasear hasta la base de la catarata o visitar el Niagara Gorge Discovery Center.
Cascada de Seljalandsfoss. © Alex Mustaros 4. Cascada Seljalandsfoss En Islandia parece que cuanto más difícil es pronunciar el nombre de una cascada más bonita es, y este país alberga algunas de las cataratas más espectaculares del mundo. Es el caso de Seljalandsfoss , que con sus más de 60 metros de altura ofrece un paisaje natural de esos que quitan el hipo. Además, está en la zona sur, cerca de la Ring Road, la carretera más turística, por lo que es de fácil acceso. No te pierdas pasar por detrás de la cascada, una experiencia que no se puede realizar en otros saltos de agua islandeses.
Catarata Yosemite. 5. Cascadas de Yosemite El Parque Nacional de Yosemite , situado en California, en Estados Unidos, guarda tesoros naturales para un sinfín de excursiones. Una que no puedes perderte es la que te lleva por un sendero que arranca desde el Centro de Visitantes hasta las famosas Yosemite Falls , un total de tres saltos de agua que salvan un desnivel de más de 700 metros. Pero no son las únicas cataratas del parque, también puedes acercarte a Bridalveil Fall , de 190 metros, a Vernal y Nevada Falls (estas dos últimas con un acceso algo más complicado, sobre todo Nevada Fall). Eso sí, te en cuenta que si acudes en verano puede que algunos de estos saltos no tengan mucha agua o incluso estén secos. La mejor época para verlos con toda su fuerza es la primavera, después del deshielo.
Cascadas Kuang Si. 6. Cataratas Kuang Si en Luang Prabang Cualquier excusa para viajar a Laos, y más concretamente a la maravillosa ciudad de Luang Prabang , merece la pena. Así que, visitar las bonitas y suaves cataratas de Kuang Si , a 27 kilómetros de esta ciudad, son un aliciente más. Estas cascadas no son espectaculares por tener una gran caída de agua (la más grande es de 60 metros) pero sí están en las listas de las más bonitas del mundo por el entorno, por la suavidad del paisaje y por el azul turquesa del agua (si las visitas en la estación seca). Es un paseo precioso en el que no podrás dejar de hacerte fotos y además ofrece lugares donde está permitido el baño. También puedes aprovechar y visitar el Centro de Rescate Tat Kuang Si para recuperar osos negros asiáticos.
Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. © Mike Swigunski 7. Parque Nacional de los Lagos de Plitvice Los dieciséis lagos que forman el Parque Nacional de Plitvice , en Croacia, forman un sistema de cascadas y saltos de agua que, sin ser espectaculares de forma aislada, forman un conjunto natural de una belleza increíble. Su visita es muy cómoda y permite un agradable paseo por pasarelas de madera entre los lagos. Además, tienen el aliciente de que conservan su belleza en cualquier época del año. No sabemos si nos gustan más con la explosión natural de la primavera, los colores del otoño o con su aspecto helado en invierno. Se han convertido en una parada obligatoria en las rutas por Croacia y, como están algo alejadas de las ciudades croatas, merece la pena hacer noche en alguno de los alojamientos del Parque.
Cataratas de Ouzoud. 8. Cataratas de Ouzoud Si pensamos en un viaje a Marruecos es posible que no se nos ocurra que vamos a poder contemplar una de las cataratas más bonitas del mundo. Las cascadas de Ouzoud , con su caída de 110 metros de agua dividida en tres saltos, están a 150 kilómetros de Marrakech , en la cordillera del Atlas. Son bonitas por diferentes e inesperadas, por el rojo del suelo arcilloso que las rodea, que contrasta con el verde de los olivos. En la visita te sorprenderán los divertidos monos de barbería, pequeños y descarados. Para completar la jornada, ten en cuenta que puedes dar un divertido paseo en barca hasta la caída de agua y que es un lugar inmejorable para darse un baño, a pesar de lo fría que está el agua.
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