Decir torrijas es trasladarse automáticamente a la Semana Santa. Este dulce sencillo, popular y delicioso es capaz de animar las fiestas incluso si no estás de vacaciones. Aprovecha estos días para preparar este plato que tiene un nivel de dificultad apto para las que nunca han frito un huevo.
En Semana Santa no te puedes perder las torrijas. Si sabes encender la vitro (o el gas), poner una sartén con aceite y cortar pan sabes hacer torrijas. Es verdad que en la cocina existe algo llamado ‘toque’ que tiene que ver con el equilibrio de sabores y la capacidad de cada una para dotar a los platos de un gusto especial a cada plato. Pero también te decimos que es muy muy difícil que unas torrijas te salgan terribles. Aquí te vamos a explicar cómo preparar torrijas para que te des el gustazo de probar tu propia elaboración esta Semana Santa. Y, si no quieres acercarte a la cocina ni para esto, también te damos algunas direcciones para que compres las torrijas con lazo y te las lleves a casa.
Historia de la torrija Algo tan sencillo como mojar pan en leche (o vino), rebozarlo, freírlo y aliñarlo con azúcar tenía que estar inventando desde hace mucho. Y así es, la primera referencia a algo parecido a una torrija llega en el mundo romano, pero es en la Edad Media cuando ya aparecen perfectamente documentadas. Y en distintos puntos de Europa, como Francia, los países nórdicos o España, ya aparece la palabra torrija en el siglo XV.
En España surge como un plato popular que además se consumía habitualmente en las tabernas. En origen se solía empapar el pan en vino, porque su duración es mayor al agriarse la leche con más facilidad.
Antes las torrijas se preparaban para las mujeres que acababan de dar a luz. © Vanesa Conunaese Aunque ahora está totalmente relacionado este plato con la Cuaresma y la Semana Santa , al principio estaba ligado a las mujeres que acababan de tener un hijo. Se pensaba que consumir leche era bueno para las que tenían que producirla. Así que este plato respondía a la necesidad de incrementar el consumo de este alimento, además de ser de fácil digestión para alguien que acababa de parir. Y en esos momentos se endulzaban con miel, ya que el azúcar no estaba tan extendido.
Probablemente, al tener ingredientes compatibles con los preceptos religiosos de la Cuaresma, hizo que se convirtiera en un plato popular en estas fechas. Y hay que tener en cuenta que llenan bastante, así que con una buena torrija te olvidas un poco de la falta de carne.
La Tostada francesa es típica en los desayunos de todo el mundo. Hoy en día son un placer goloso. Uno de esos caprichos que te tienes que dar porque, al fin y al cabo, solo hay una Semana Santa en el año y tampoco es para tanto. Y son populares en todo el mundo, cómo no, en la versión gala llamada ‘tostada francesa’ (french toast ) aunque los franceses la llamen pan perdu .
Cómo preparar torrijas tradicionales Los ingredientes que necesitas para una receta básica son: una barra de pan (del día anterior o de las que venden en panaderías especial para torrijas), un litro de leche, una rama de canela, cáscara de limón, azúcar, canela en polvo, huevo y aceite de oliva virgen. El pan lo encontraras en casi todas las panaderías, pero seguro que ya tienes alguna de referencia en tu ciudad.
Pan para torrijas de © Viena La Baguette. El proceso no puede ser más sencillo: se infusiona la leche con la rama de canela, la cáscara de limón y un poco de azúcar (tres o cuatro cucharadas). Se corta el pan en rebanadas, se ponen en un recipiente y se cubren con la leche infusionada. Se dejan unos minutos, se pasan por huevo batido y a la sartén con el aceite muy caliente. Cuando están doradas, se quita el exceso de grasa con papel absorbente. Y, después, se pasan por un plato donde hayas mezclado previamente canela en polvo y azúcar. Ya sólo queda ponerlas en una bandeja y servirlas.
Variantes y trucos El proceso es sencillo y abierto. Una receta con tantos años y tan presente en la gastronomía de toda España admite todas las variantes que quieras: endulzarlas pasándolas por una mezcla de azúcar y canela, con almíbar o con las dos cosas; aromatizarlas con piel de limón y/o naranja; añadirles algún licor (como el anís) para darles un poquito de alegría…
Plato de torrijas. Algunos trucos para mejorar la receta: no escatimes en el tiempo que están en remojo en leche; aunque te parezca que están muy empapadas y se van a deshacer es preferible a que queden secas. Como seguro que haces de más, no es mala opción preparar un almíbar ligero y aromatizarlo con un chorro de ron (u otro licor que te guste). Lo echas sobre las torrijas y, aunque no deja de ser azúcar sobre azúcar, así aguantan más blanditas y jugosas en la nevera. Eso sí, ten en cuenta que la leche se agria relativamente rápido, no te duraran más de tres o cuatro días aunque estén en la nevera.
Cómo rebajar calorías de las torrijas Si has colapsado ya sólo de pensar en las calorías que tiene esta receta, hay algunos trucos para aligerarlas un poco (aunque no te engañes, no dejan de ser torrijas). Puedes usar leche desnatada, reducir la cantidad de azúcar para endulzar e, incluso, prepararlas en el horno.
¿Una torrija para merendar? Los pasos son los mismos, pero en lugar de sumergirlas en aceite las puedes hacer tres o cuatro minutos por cada lado con el horno fuerte (250 grados). Como quedan algo más secas, el truco está en aprovechar la leche infusionada y echar un par de cucharadas por encima de cada torrija después de sacarlas. Y mejor utiliza pan normal del día anterior que el especial de torrijas. Es más difícil de manejar porque se deshace algo más, pero el pan de torrijas es parecido a un brioche y tiene más calorías.
Dónde comprarlas o comerlas Si con esta receta tan sencilla no te hemos animado a acercarte a la cocina no te preocupes, existen torrijas deliciosas en pastelerías o como postre en muchos restaurantes. Para una torrija clásica no hay nada como una pastelería de toda la vida: en La Mallorquina , en Madrid, te comerás una de esas que saben a casa de la abuela. Si quieres alguna propuesta más innovadora, la Pastelería Mallorca , además de sus torrijas tradicionales, siempre añade algunas variantes. Si estás en Sevilla, puedes comprar las de Manu Jara (manujara.com) y en Málaga las de La Canasta (lacanasta.es).
Torrija con salsa de café y helado de leche merengada de © La Terraza de Santo Domingo. También te puede interesar
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