Irás por su patrimonio histórico y monumental, pero regresarás por su sorprendente micromundo gastronómico. Te damos las claves para que no te pierdas sus mejores bocados, y sepas dónde comer en León mejor que bien. ¿Sabes que las tapas te las ponen ‘gratis’ con la consumición?
Azotea del Camarote Hotel y su vista privilegiada de la Catedral. © Camarote Hotel Actualizado en febrero de 2024
Desde su nacimiento como campamento romano en el siglo I a.C., León ha añadido a su pasado innumerables motivos históricos y artísticos por los que detenerse ante su grandeza. La delicadeza de las vidrieras góticas de su Catedral, las pinturas de la Real Colegiata de San Isidoro, el renovado Parador de San Marcos, las innovaciones del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León)… Y aunque el frío de estas tierras contribuye a su fama de pueblo recio, cuando los leoneses emiten la dulce cantinela de su acento con diminutivos acabados en -ín, y apodan cariñosamente sus bienes más preciados –véanse la Pulchra Leonina , la Capilla Sixtina del Románico o el Barrio Romántico–, rompen nuestros esquemas.
Bajo el peso de su glorioso pasado repleto de reyes, reinas y grandes hazañas, los leoneses no olvidan que, para disfrutar realmente de la vida, hay que darse un gustazo en el paladar. De ahí que siempre, siempre, siempre, incluyan en el precio de la bebida una tapa . ¡Y qué tapa! Por algo León fue nombrada Capital Gastronómica en 2018.
La lista de opciones donde comer bien en León es interminable, por eso los leoneses prefieren irse ‘de alterne’, de bar en bar, a quedarse en el mismo local.
Plaza de San Martín en el Barrio Húmedo. © Arturo Castro Barrio Húmedo, una garantía a la hora de comer bien en León Entre la calle Ancha, la Rúa, las Cercas y el Caño Badillo bulle el barrio más animado de la capital. Su corazón late desde la Plaza de San Martín y se extiende por puntos históricos como la Plaza Mayor y la coqueta Plaza del Grano . El Barrio Húmedo es un ecosistema vivo, y como tal, muchos de sus locales se transforman continuamente, lo que lo hace todavía más atrayente. Ello no impide que en la Plaza de San Martín encontremos clásicos perennes como la morcilla de La Bicha (Plaza de San Martín, 5), donde su propietario, consciente del reclamo de su producto estrella, solo la ofrece en versión ración. El cercano Mesón Jabugo (Plaza de San Martín, 6) sí dispone de morcilla en su abanico de entremeses incluidos con la bebida. Al otro lado de la plaza, El Calecho (Plaza de San Martín, 9) juega su baza estrella con sus rulos rellenos , otro de los lugares obligados donde comer en León.
El gusto picante del chorizo leonés se debe al pimentón que se emplea en su elaboración. © Entrepeñas Embutidos y mucho más… No es extraño encontrarse con la tuna universitaria entonando su repertorio musical mientras da salida al afamado embutido de El Tizón (calle Carnicerías, 1). El aledaño Bar Entrepeñas (Plaza de San Martín, 12) fabrica su propio chorizo, cecina, jamón, lomo… así que si te gustan sus elaboraciones, puedes adquirirlas en el mismo local. Lo mismo ocurre en Ezequiel , en la Calle Ancha, otro de los must gastronómicos de la ciudad, con una oferta de tapas que trasciende sus embutidos.
En El Rebote nos esperan siete variedades de croquetas, una buena razón para comerlas cada día de la semana.
Encaminándonos hacia el fondo sur de la plaza de San Martín, en la Cuesta de Castañones, los champiñones de El Pote (Castañones, 6) suponen una deliciosa oportunidad para paladares vegetarianos. ¡Anímate a maridarlos con un chato de su mosto rojo! El chisporroteo del ‘chorizo al infierno’ de Oriente Medio (Juan de Arfe, 8) recibe todas las atenciones en una de las tabernas más antiguas donde comer en León. También es famoso por su caldo con cecina de chivo , y su interior esconde un bonito patio.
Así es la tapa de Pizzería La Competencia en su local del barrio La Palomera. © Camino García Elaboraciones modernas y tradicionales conviven en el Húmedo en una simbiosis perfecta con un común denominador: el gusto por el trabajo bien hecho. Esto ha logrado que, más allá de la gastronomía leonesa, las tapas de pizza de La Competencia (pizzerialacompetencia.com) también se consideren un clásico, así como las preparaciones italianas de Rigoletto (restauranterigoletto.es), ambos en el Barrio Húmedo.
Lugares donde comer en León de cuchara Entre todas las opciones posibles para combatir el frío, la predilecta por los leoneses a la hora del alterne es tomar un plato de cuchara que contenga tres ingredientes básicos: pan de hogaza, pimentón picante y ajo. La fórmula da como resultado unas melosas sopas de ajo servidas en pota de barro. Mejor cuanto más calientes. Apunta las de El Rincón del Gaucho (calle de Azabachería, 6) y La Mazmorra (comprueba si sigue cerrado temporalmente en la calle de Juan de Arfe). Si a la pócima añadimos trucha –otro producto típico de la provincia–, deberemos dirigirnos al Insitu (calle Matasiete, 7).
Si los bereberes combaten el calor con bebidas calientes, ¿por qué no nos refrescamos este verano en León disfrutando de unas candentes ‘sopinas’ de ajo?
Vermú del Cervantes 10 Gastrobar. © Kelu Robles Barrio Romántico La nueva escena gastronómica leonesa prefiere tomar el vino en copa al chato, y en sus bocados antepone la calidad a la cantidad. Esta deriva ha conducido al nacimiento hace unos años de un nuevo barrio gastro donde comer en León un poco de todo. Situado al otro lado de la Calle Ancha , en las inmediaciones del Parque del Cid, el Barrio Romántico acoge locales de cocina internaciona: prueba los burritos de El Clandestino (clandestinoleon.es), vermuterías (Cervantes 10 Gastrobar ) y bonitos pubs de copas, como el antiguo cabaret de El Gran Café (Cervantes, 9).
Si no fuera por las palmas a destiempo de la mayoría de sus clientes –poco habituados a las sevillanas–, el interior del Camarote Madrid (camarotehotel.es) nos teletransportaría a Andalucía. De sus paredes cuelgan farolillos verdes y fotos taurinas, y en sus cocinas se prepara el mejor salmorejo de la ciudad. Muy cerca, la azotea del Camarote Hotel recibe las mejores vistas de la portada occidental de la Catedral, un lugar ideal en el que tomarse una copa.
Extra: No te pierdas el picadillo de La Trébede y los variados de tapas del Entrecalles y Malas Calles.
Irse ‘de cortos’, ¿acabaremos empachados? Posiblemente, sí. Al menos, si queremos recorrer en un día todos los santuarios de la tapa leonesa. Pero para equilibrar la proporción entre bebida y vianda, los leoneses guardan un secreto en forma de corto –o cortín –. Así definen a la versión mini de una caña de cerveza. De este modo, el alcohol no será quien ponga fin a esta ruta gastronómica para comer bien en León.
Los leoneses no dicen que se van de cañas, se van de cortos.
En su faceta abstemia, el butano es otro peculiar protagonista de la idiosincrasia leonesa. Y no, ¡no se trata de una bombona de butano! Su nombre hace referencia al refresco de naranja que lo compone, y es una opción muy frecuente entre el público infantil.
El Barrio Húmedo se encuentra dentro del casco histórico de León. © Kelu Robles De la limonada al León En la misma senda de “cosas que no son lo que parecen”, muchos bares de la ciudad anuncian que tienen limonada . Pero ojo, porque nada tiene que ver con la bebida que nos imaginamos. Se trata del trago más famoso de la Semana Santa leonesa, un rojizo brebaje alcohólico similar a la sangría, pero elaborado artesanalmente y con un punto meloso.
Si escuchas a alguien decir “¡Póngame un León!”, ¿a qué se refiere?
El frío invierno leonés produce un resultado espectacular entre sus vinos D.O. León (doleon.es). La uva tinta prieto picudo confluye a la perfección con el picante y los sabores contundentes de sus tapas, aunque el resto de variedades de uva mencía, albarín o garnacha de su Denominación de Origen tampoco se quedan atrás. Por eso, los leoneses maridan sus pinchos con vinos leoneses, y dicen eso de “¡Quiero un León!”.
Ración de patatas de Patatas Blas servida para llevar a casa. © Kelu Robles Amor patatero A pesar de encontrarnos en una tierra de embutidos y excelentes guisos cárnicos, entre las tapas leonesas destaca otro ingrediente estrella, humilde, elaborado de mil maneras y que goza de gran aceptación. En daditos, finas láminas, chips, cocidas, fritas, confitadas, con salsas o con pimentón. Encontrarás patatas en la oferta de muchísimas tascas leonesas.
El legado familiar de Casa Blas (calle Sampiro, 1), fuera de los dominios del Barrio Húmedo, podría contar la historia de León a través de sus patatas, de preparación aparentemente sencilla, pero de lo más misteriosa. Nadie en la ciudad consigue imitarlas. En la misma tónica, hace 27 años que en las cocinas de El Flechazo (calle Platerías) se fríen sus míticos cucuruchos de patatas, con un toque picante de cayena molida y un ligero gusto a ajo. En La Ribera (calle Fernando Gómez Regueral, 8), una tasca con aires ochenteros sin grandes pretensiones en lo estético, hacen lo propio con sus patatas, y cumplen con lo pretendido: servir una buena tapa de patatas cortadas a la panadera, al igual que en los otros locales citados.
No te puedes ir de León sin disfrutar de una deliciosa tapa de cecina. © Turismo de León Tapeo variado en Burgo Nuevo Los amantes de las cajas sorpresa adorarán el estilo de tapeo de la calle Burgo Nuevo , donde sus locales sorprenden al cliente con platitos de opciones variadas –aunque si deseas algo en concreto, también puedes elegir entre su abanico de opciones–. En la combinación estrella de Morán (Plaza Pícara Justina, s/n) aparecen patatas con alioli, tortilla y croquetas. En la del Mesón El Burgo (calle Burgo Nuevo, 46), patatas con alioli, mini hamburguesa, croquetas y/o sandwich mixto. Las Torres (Burgo Nuevo, 58) también compite en esta guerra patatil en su versión con alioli. Explorar el panorama gastronómico más allá del Barrio Húmedo trae gratas sorpresas, la exigencia culinaria en otros barrios de la ciudad se mantiene, y es una gran opción para quien desee esparcirse en otros ambientes.
El buen precio del tapeo leonés, lejos de elitismos, democratiza entre sus ciudadanos el disfrute de la buena vida. Jóvenes, ancianos, en familia, solos o con amigas. Todos tienen algo en común: el gusto por el compadreo, por mantener vivo su patrimonio gastronómico y por poner en práctica eso que llaman prestosidad leonesa.
Panorámica del Palacio Casa Botines de Gaudí desde la muralla romana, en el Parque del Cid. © Kelu Robles León es la cuna del parlamentarismo europeo, pero también es la ciudad de España con más bares por habitante , según un estudio realizado por la Confederación Empresarial de Hostelería de España en 2017. Por eso, si conoces la ciudad, quizá te sorprenda que algunos santuarios del tapeo que consideras un must no aparezcan en este artículo. Su ruta de tapas es tan buena como interminable, quizá por eso resulta tan gratificante irse de tapinas por León.
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