En plena pandemia, Miguel Jara ha publicado ‘La otra salud’. Un libro en el que aborda temas como el decrecimiento o el “solucionismo”, esto es, solucionar los problemas poniendo “parches” tecnológicos. Con el periodista hemos hablado también de ciencia o de iatrogenia (efectos graves de tratamientos y medicamentos). Miguel Jara, autor de ‘La otra salud’. En esta sección de Salud de Etheria magazine también tiene cabida la actualidad editorial, y por este motivo entrevistamos a Miguel Jara, autor del libro ‘La otra salud. La epidemia silenciada de la mala medicina’. Hemos charlado con este escritor, que ya lleva «20 años publicando libros, escribiendo y dando conferencias, impulsando su plataforma editorial y el bufete Almodóvar y Jara, especializado en daños por tratamientos y medicamentos», sobre su obra pero también sobre ciencia e iatrogenia.
“¿Qué estamos haciendo? Hay que detenerse y replantearse cosas, no podemos no ser críticos”. Es una de tus reflexiones en el libro y parece más necesario que nunca en tiempos de pandemia. Una de las grandes lecciones de la pandemia es que no podemos seguir con los impactos ambientales a los que nos habíamos acostumbrado porque hay un riesgo real de colapso. Los mares están contaminados, las tierras fértiles son cada vez menos productivas porque están más degradadas, los modelos inmobiliarios han fracasado, con un impacto económico tremendo. Lo económico influye en la salud de las personas , tiene un impacto ecológico. Se construye en la costa donde no se puede construir y hay viviendas que se inundan porque está subiendo el nivel del mar… estamos recibiendo muchos avisos de la naturaleza de que el modelo no funciona y lo ideal sería encaminarnos hacia un parón, hacia una economía no enfocada en el productivismo, el producto interior bruto o el crecimiento.
La otra salud. La epidemia silenciada de la mala medicina. En plena pandemia, ¿se hace más necesario que nunca parar? Parar tiene que ver con el decrecimiento, y en este sentido cito a Carlos Taibo. Estamos abocados al decrecimiento , que es un movimiento tímido porque no interesa, es antisistema; a hacer un parón, a un replanteamiento de cómo debe ser una economía más humana donde la riqueza esté mejor repartida, un sistema más democrático en que las personas tengan mucha más voz. Nos estamos dirigiendo a un colapso económico de dimensiones globales, ya lo estamos viendo. Estamos ante una emergencia climática de la que nadie duda, la economía del mundo se ha parado por un virus. Lo superaremos, pero esto lo volveremos a ver.
Habrá otros nuevos virus y tenemos que plantearnos como humanidad si queremos estar el resto de nuestros días como estamos ahora. Habrá que tomar medidas en todos los órdenes para intentar que la próxima no sea como está siendo ahora. Es complejo porque se necesitan cambios a nivel mundial, pero el ser humano está en un punto de replantearse la relación con la naturaleza y con el mundo, porque así no podemos seguir, nos dirigimos a un colapso.
“Estamos abocados al decrecimiento”
Denuncias también que los parches tecnológicos se presentan como única vía de mejora, en lugar de hacerse cambios estructurales en el sistema. Frente a este “solucionismo”, como tú lo llamas, ¿cuáles son los cambios más necesarios? El “solucionismo” es hacernos creer que las tecnologías en general son la solución a los grandes problemas. Un ejemplo paradigmático es el cambio climático: el sistema neoliberal en el que vivimos con el modelo de mercado ha provocado que nuestro estilo de vida sea nocivo para el medioambiente y que se esté produciendo una emergencia climática. Y lo que el sistema nos dice es: “para que no caiga el sistema, tenemos la solución, que es la geoingeniería: vamos a inventar un montón de técnicas para intentar parar el cambio climático a base de tecnología en lugar de ir a la raíz del problema”.
“La tecnología está al servicio de las personas y no al revés” Miguel Jara en su oficina. Si el sistema de vida en el que nos desenvolvemos nos puede llevar a un colapso tendremos que tomar medidas para cambiar el sistema, no el clima. No tenemos un aparato para subir y bajar cómodamente la temperatura del planeta, sin embargo desde el sistema sí nos venden que tenemos la tecnología suficiente y la solución al cambio climático. La tecnología está al servicio de las personas y no al revés , no podemos estar confiando siempre en que con tecnología se van a solucionar nuestros problemas. Yo creo que los problemas humanos hay que atajarlos de raíz previniendo que no se produzcan, no esperando a que se produzcan y cuando ya tenemos el problema encima, esperamos a que aparezca una tecnología nueva que sea la solución. Ahora estamos viendo cómo se confía demasiado en las vacunas como la solución y ese “solucionismo” tiene mucho que ver con la humanización.
Hablas del cientifismo, al que llamas “la religión de la ciencia”, y pudiera parecer que estás en contra de ésta. Yo creo que la ciencia es indispensable, le debemos prácticamente todo y se lo vamos a deber más todavía en el futuro, porque la ciencia es conocimiento, de nosotros y del mundo en que vivimos, para poder progresar. Es indiscutible que la ciencia es esencial y precisamente por ello denuncio que existe una corriente de personas que anteponen los intereses de la ciencia a las personas. Yo creo que la ciencia está para servir a las personas y no al revés.
El cientifismo es una corriente que ha subido mucho en los últimos años y que pone a la ciencia por encima de las personas. Este movimiento cientifista tiene mucho que ver con los pseudoescépticos, que son una especie de sacerdocio moderno. Son grupos fundamentalistas que por un lado se dedican a divulgar ciencia, y me parece muy bien el papel que juegan, pero por otra parte son los guardianes de la moral cientifista, han convertido su pasión por la ciencia en una religión y ¡que nadie se atreva a discutir sus postulados!
“Yo creo que la ciencia es indispensable, es indiscutible que es esencial”
Una de las peores cosas que están haciendo es perseguir a las personas que califican de “disidentes”. Han ido creciendo mucho, sobre todo en los medios de comunicación, donde han calado en los últimos tiempos, e intentan hacer campañas perfectamente organizadas para que otros discursos no triunfen. Aunque vienen de algunos ámbitos progresistas, curiosamente su discurso es totalmente reaccionario, ultraconservador y prosistema, porque es el mismo de los grandes sectores industriales que utilizan a la ciencia como marketing, para obtener unos resultados: utilizan la ciencia para hacer ventas. Esta actitud “marketiniana” la estamos observando en todos los sectores industriales del ámbito económico. Están siendo los “soldados” de las grandes industrias, los que persiguen al que ose dejar entrever la corrupción que también impulsan los grandes sectores industriales.
Algunos tratamientos ocasionan daños, efectos secundarios que hay que investigar. En el libro haces un repaso de los casos más sonados de iatrogenia, aportando testimonios reales de personas que han sufrido graves efectos secundarios por fármacos. ¿Cuál es el caso que más te ha impactado? Empecé por ahí impresionado por los daños provocados por los medicamentos. Me apasioné con el tema al descubrir que los tratamientos médicos tienen un impacto en efectos secundarios y conocer casos muy concretos de personas que sufrían daños por medicamentos, así que me puse a investigar. Llevo ya 20 años publicando libros, escribiendo y dando conferencias, impulsando mi propia plataforma editorial y el bufete Almodóvar y Jara , que está especializado en daños por tratamientos y medicamentos. Somos el bufete que más personas dañadas lleva del mundo.
Nuestros tres grandes casos son: los daños provocados por la vacuna del virus del papiloma humano ; el medicamento Agreal , un neuroléptico que se utilizaba para los sofocos de la menopausia y que dañó el sistema nervioso de miles de mujeres; y nuestro caso “estrella”, el caso Essure , un anticonceptivo que se coloca de manera fija en las trompas de Falopio. Empezamos a publicar sobre los daños que estaban provocando, empezaron a surgir afectadas, desde el bufete las ayudamos a organizarse y conseguimos que hace dos años y medio que Bayer diera marcha atrás y retirase este dispositivo en todo el mundo
“Los testimonios de las mujeres son desgarradores”
Los testimonios de las mujeres son desgarradores, porque el aparato no está bien hecho y en ocasiones se ha movido del útero, generando daños y dolores. El dolor crónico te lleva a desmoralizarte y a la depresión que, por motivos que no están claros, confunde a los médicos y estos no saben cómo tratar a sus pacientes, cuando no las acusan directamente de fingir que están mal. Ha habido que operar a mujeres y quitarles el útero o parte de su aparato reproductivo… son jóvenes o de mediana edad y eso las marca, impacta, generando además problemas psicológicos, así que el caso ha provocado sufrimiento en muchísimas mujeres. Se calcula que más de 80.000 lo llevan injerto solo en España.
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