Conocer la historia de Copenhague al mismo tiempo que sus joyas arquitectónicas más icónicas nos permite disfrutar del pasado y casi del futuro. Después de este paseo por la capital danesa, te prometemos que C4 se convertirá en un amigo íntimo.
Canales de Copenhague. © Daniel Rasmussen/ Visit Copenhagen La historia y la arquitectura se dan la mano en Copenhague, y ese es el eje que nos hemos marcado para visitar la capital danesa. Volvamos por un momento a sus orígenes, hasta el año 700 d.C. aproximadamente, cuando aún no se puede hablar del primer reino de Dinamarca. De ese mundo vikingo en el que sobresalen nombres como Harald I quedan resquicios repartidos en ciudades como Roskilde o Ribe. Pero en Copenhague son otros los que marcan su historia: Cristian IV , Arne Jacobsen… Junto a los palacios y el icónico puerto de la ciudad –con sus respectivos almacenes pintorescos saludando al mar–, nuevas islas, arquitecturas contemporáneas y apuestas transgresoras, esta joya portuaria se ha convertido en un rincón donde los siglos se intercambian miradas y la historia vibra en cualquier rincón.
Castillo de Rosenborg. © Giuseppe Liverino/ Visit Copenhagen El Copenhague de C4 Estas siglas plasmadas en buena parte de Dinamarca no representan a un jugador de fútbol sino a uno de los hombres que hicieron de Copenhague la ciudad señorial que todavía se percibe en su centro histórico. Hablamos de Cristian IV, coronado en 1596. Suyas fueron obras como como Christianborg y la vecina Bolsa de Copenhague . También el palacio Rosenborg , el castillo de Frederiksborg , la Biblioteca Real o el Observatorio que luce en la parte más alta de la torre Redonda .
¿Quién fue Christian IV? Miembro de la dinastía Oldenborg, que dominó en Dinamarca hasta 1863, es un personaje casi mítico en el país. Se dice que llegó a tener hasta 50 hijos y que su bravura no tenía límites. También que era un hombre de profundas inquietudes. Esto lo refleja la colosal torre llamada Rundetaarn , uno de los tres elementos que formaba parte del llamado Trinitatis Complex. Esta iniciativa del rey Christian IV pretendía crear un observatorio astronómico, una biblioteca y una iglesia para los estudiantes universitarios. El arquitecto encargado del proyecto sería Hans Steenwinckel el Joven, que llevaría a cabo la construcción de esta torre que continúa ostentando el título de observatorio astronómico más antiguo de Europa. Para llegar a él se debe ascender una (cómoda) rampa en espiral de 209 metros que conecta también con la vecina iglesia de la Trinidad y con la biblioteca que se encuentra sobre sus bóvedas.
Torre y observatorio de Rundetaarn. © Daniel Rasmussen/ Visit Copenhagen Palacio de Christianborg Como monarca que fue, Cristian IV regaló a la ciudad conocimiento, pero también poder. Icono de esa monarquía ilustrada adelantada a su tiempo es el palacio de Christianborg , la imponente construcción neobarroca que hoy es sede del Parlamento de Dinamarca y de los poderes judicial y ejecutivo. De hecho, es el único edificio en el mundo que condensa los tres poderes del Estado. También heredero de leyendas, se dice que fue este rey quien hizo nacer ciudades hundiendo barcos, pues mandó zozobrar una nave para que a sus restos se unieran escombros y sobre ellos se levantase la isla de Cristiania, hoy famosa por la colonia hippy que se estableció allí en 1971.
El palacio de Christiansborg, al fondo, alberga el Parlamento danés. © Caeca Copenhagen El rey del comercio La antigua Bolsa de Copenhague, junto al actual Parlamento , nace en 1640 cuando nuestro ya conocido C4, vista la prosperidad comercial de holandeses e ingleses, quiso emular sus empresas. Decidió crear la Compañía Danesa de las Indias Orientales y erigir esta imponente sede de abundante ornamentación clasicista y cubierta de cobre (verde, como tantas en la ciudad) a dos aguas y jalonada por gabletes. Mágica e icónica, su estelar chapitel, rematado por una aguja de 54 metros de altura y formada por las colas entrelazadas de cuatro dragones, se divisa desde lo lejos.
Edificio de la Bolsa de Copenhague. © Mahlum Nyhavn, siempre lleno de vida El dinero se movería en la Bolsa hasta el siglo XIX pero la vida bulliciosa que daba de comer al pueblo esperaba en otro lugar: el icónico puerto de Copenhague. Estampa típica de la ciudad, esta colección de casas estrechas de llamativos colores es Nyhavn , el antiguo puerto de Copenhague. Construido por Christian V en el siglo XVII, el área pronto pasaría a convertirse en lugar de diversión de los comerciantes y los marineros que llegaban desde el mar. Zona de “mala reputación” hasta hace recientemente poco, las casas se fueron cambiando de prostíbulos y tabernas a una postal de cuento.
Puerto de Nyhavn. © Mellanie Gandø / Visit Copenhagen La Copenhague parisina Al hablar de Nyhavn justo se hacía mención a Cristian V , el otro gran nombre cuando de Copenhague se habla. La modernidad llegaría con su mandato en 1670. Como otras tantas monarquías de la época, miraría hacia los patrones del urbanismo clásico francés para darle una vuelta de modernidad a la ciudad. Y de absolutismo, tal como refleja la estatua ecuestre de Cristian V , una copia al monumento que en su momento el francés Luis XIV lució en Vendome. Preside Kongens Nytorv , plaza erigida en 1670 como nuevo epicentro de la ciudad.
Es imposible no terminar en este punto. Estratégicamente creado, al suelo adoquinado de esta gran plaza, conocida como ‘La nueva plaza del Rey’, se llega desde las principales arterias de Copenhague –tanto desde la comercial Strøget como del canal de Nyhavn–. Tomando la plaza Vendome como inspiración, una rueda perfecta de calles que salen en perfecta simetría sirvió de escenario para el barroco palacio de Charlottenborg , hoy sede de la Real Academia Danesa de las Artes. Al igual que la parisina plaza, este rincón pasaría a convertirse en epicentro de mansiones para no perder nunca más su poder. El interesante palacio Thott (en la actualidad la Embajada Francesa) lo demuestra. También los imponentes Hotel D’Angleterre y el Teatro Det Kongelige .
Palacio de Amalienborg. © Martin Heiberg /Visit Copenhagen Amalienborg, el hogar de la casa real danesa Y aunque podríamos seguir hablando de palacios y mansiones distribuidas por Copenhague, cerraremos el círculo para avanzar en el tiempo con Amalienborg . En su corazón resuenan los pasos apresurados de los turistas para deleitarse con el cambio de guardia. Este complejo palaciego de estilo rococó es desde hace 150 años residencia real de la monarquía danesa. Para conocer la historia y patrimonio real existen numerosos tours en la ciudad, como el de la agencia A Spasso con Elena (De Paseo con Elena), que ofrece rutas en español.
Diseño danés, por favor Invasiones suecas, pestes e incendios protagonizarían el siglo XVIII en Copenhague. Especial mención requiere el incendio de 1728, el más devastador de su historia, pues destruyó gran parte de la estructura medieval de Copenhague, de la cual apenas queda algún resquicio en pie. De hecho, la propia Torre Redonda tuvo que ser reconstruida. Con el siglo XVIII llegarían el Hospital Real Rey Frederik y la Real Fábrica de Porcelana. Y, ya en el XIX, se daría la inauguración de los míticos Jardines Tivoli y la creación de la prestigiosa marca de cerveza Carlsberg . Pero toca saltar al siglo XX para entender la “otra Copenhague”, esa que hace las delicias de los amantes de la arquitectura y el diseño y que marca buena parte del urbanismo actual de la ciudad.
SMK, Statens Museum for Kunst. © Mellanie Gandø Para entender la amalgama de formas dispares, disruptivas y mágicas que invaden la ciudad, desde su icónico Diamante Negro o la Ópera hay que retroceder a la década de los años 50 con la magia de Arne Jacobsen . Porque no se puede entender esta ciudad sin el arquitecto líder en Dinamarca en la posguerra. Sus casas Bellavista al norte de Copenhague, el ayuntamiento de Rødovre y, por supuesto, el SAS , hoy Radisson Blu Royal Hotel . Especial mención requiere este último, pues cuando se completó era el hotel más grande de Dinamarca y el primer rascacielos de Copenhague .
Ubicado en el corazón de la ciudad, cerca de los icónicos Jardines Tivoli y la estación central, este hotel icono de la arquitectura y el diseño fue completamente firmado por Jacobsen; desde la fachada exterior, pasando por los muebles, y hasta la cubertería. A pesar de que el hotel sufrió una profunda reforma el pasado 2017, los fanáticos de la arquitectura y el diseño aún pueden alojarse en LA habitación, una joya que ha mantenido el estilo original de Jacobsen. Como alternativa, el vestíbulo aún sigue mostrando las sillas Swan y Egg .
El Diamante Negro es una extensión de la Royal Library. © Nicolai Perjesi/ Visit Copenhagen Siguiendo la estela de Jacobsen nacería una generación de arquitectos que regalarían al mundo joyas como la icónica Ópera de Jørn Utzon en Sydney, ahora Patrimonio de la Humanidad; o el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Henning Larsen en Riyadh. Pero regresando a Copenhague, omnipresentes y majestuosos compiten en protagonismo otros dos emblemas internacionales: la Real Ópera Danesa y la Biblioteca Real Danesa. Separados por cuatro kilómetros, en la primera la música suena desde el 2005 en un imponente foyer vidriado con techo metálico en voladizo .
Por su parte, la Biblioteca Real Danesa, más conocida como El Diamante Negro , llegó a la ciudad en 1999 como una extensión azabache y trapezoidal de la ya existente biblioteca de nuestro ya conocido Cristian IV. Sus facetas negras, sostenidas por vigas de hierro, reflejan el agua, el cielo y, por supuesto, juegan con las tonalidades según la luz del día; ofreciendo una estampa hipnotizadora.
Arquitectura futurista Si hay un barrio que demuestra que Copenhague es una ciudad, arquitectónicamente hablando, especialmente viva, ese es Ørestad . Fue a finales de los noventa cuando comenzaron las construcciones en este sector de la isla de Amager en la que hoy encontramos joyas de internacionales estudios como Bjarke Ingels (BIG), JDS o Plot.
VM Mountain, en Orestad City. © Martin Heiberg VM Mountain El barrio más moderno de la capital danesa es una amalgama de joyas contemporáneas en las que perderse, siendo VM Mountain una de las paradas obligatorias, con sus 80 unidades residenciales, todas con terrazas y exuberantes jardines en la azotea que sobresalen de la base de un edificio cuya parte inferior es un aparcamiento con paredes de 16 metros dramáticamente coloreadas y un ascensor residencial que se mueve oblicuamente a lo largo de la pared interior del edificio. No es de extrañar que fuese galardonado como el mejor edificio residencial del mundo en la Feria Mundial de Arquitectura.
La circular Residencia Universitaria Tietgen; la Casa de Conciertos proyectada por el francés Jean Nouvel ; las dos torres inclinadas del hotel más grande de Escandinavia, el Bella Sky ; o el edificio 8-tallet son solo algunas de las sorpresas que esperan en el vibrante Ørestad. La guía Mira Margaritha Cordsen ofrece visitas guiadas por la arquitectura del barrio.
CopenHill. © Daniel Rasmussen/ Visit Copenhagen Un ejemplo de sostenibilidad En 2008 Copenhague fue declarada la ciudad con mejor calidad de vida del mundo. Dos años más tarde, recibió el premio a «Mejor Ciudad de Diseño ”. Y en 2013, Copenhague fue elegida Capital Verde Europea. Un interesante listado de reconocimientos que ponen a Copenhague en el epicentro de hacia dónde debe mirar la sociedad. Carriles bici por doquier, edificios abandonados reconvertidos en vez de demolidos, construcciones inteligentes y una apuesta clara por integrar la naturaleza en la ciudad son solo algunos de los motivos que hacen de esta ciudad un ejemplo de lo que está por venir.
Nordhavn, antigua zona portuaria En línea con lo comentado, merece la pena acercarse a Nordhavn , una antigua zona portuaria industrial que está siendo recuperada y reconvertida en “una ciudad de cinco minutos” donde la idea es que no falte de nada y así evitar la necesidad de transporte (y por ende, contaminación). ¿Y para qué construir de cero cuando se puede aprovechar lo que ya hay? Copenhill , una incineradora en la que es posible esquiar sobre una alfombra de suelo verde, muestra perfectamente este concepto de sostenibilidad hedonística que, más pronto que tarde, traspasará fronteras.
Portland Towers fue el primer edificio terminado del barrio de Århusgadekvarteret, en Nordhavn. © Daniel Rasmussen Más información en Turismo de Copenhague .
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