En esta etapa de su viaje, Sania llega a la Patagonia chilena y emprende la navegación entre los canales patagónicos a bordo de un barco de la naviera Navimag, un buque de mercancías que ocasionalmente transporta pasajeros. Después, llega a Puerto Natales para adentrarse en el maravilloso Parque Nacional de Torres del Paine. Unos días determinados por los paisajes grandiosos y el siempre presente viento.
Sania en Puerto Natales. © SJ Viento… luego más viento… y del que se lleva todo. La gorra, la mochila, los bastones. Un viento que obliga a arrodillarse. De cogerse de las manos de los compañeros del viaje e intentar juntos seguir avanzando a pesar del viento. Del viento que protege al monte. Así me acompañó este elemento durante el crucero por los fiordos chilenos y mi estancia en Puerto Natales y el Parque Nacional de Torres del Paine. Un elemento que da aún más autenticidad y realidad a un viaje que está siendo difícil de transmitir con palabras por todas las sensaciones y emociones que estoy viviendo.
Travesía de Puerto Natales a Puerto Montt con Navimag Es un privilegio poder navegar en esta ruta. El navío ‘Esperanza’ de Navimag está perfectamente adaptado para el transporte de pasajeros (pueden ir hasta doscientos). La ruta existe desde hace 25 años y el capitán Maximiliano Letonja la navega desde entonces. En realidad, conecta dos puntos de la carretera austral chilena, Puerto Montt y Puerto Natales, que están a unos 1.700 kilómetros de distancia. Lleva provisiones y abastece a las poblaciones, sólo admite turistas entre noviembre y marzo. Los camioneros sí la usan todo el año. Aunque no sea un crucero clásico, la comida es abundante, razonablemente buena y correcta. Los camarotes son cómodos. La limpieza es continua y cuidada. La atención al pasaje ejemplar. No se vende ni se permite consumo de alcohol a bordo (es una larga historia …. pero pasaron ‘cosas’ y decidieron prohibir el alcohol para evitar accidentes en el futuro).
Barco de © Navimag por los fiordos chilenos. La importancia del capitán El capitán Maximiliano Letonja conoce estos parajes y canales como la palma de su mano. Es el gran responsable de todo. Subir a este barco significa entrar en el “universo Letonja”, donde él controla y decide todo. Tiene un gran sentido de humor e intenta maniobrar mientras navega tanto por las angosturas de la ruta, como con los clientes venidos de todos los rincones del mundo con sus historias y culturas, y el personal de a bordo. Su éxito se basa en su extraordinaria capacidad de observación, empatía y experiencia. Me hubiera gustado conocerle mejor.
El guía/anfitrión es Sebastián Ríos, muy atento con los pasajeros. Hace buenas presentaciones de destino y ofrece información detallada del viaje en español e inglés. Es, en general, la persona de contacto entre los pasajeros y el barco y el mundo exterior.
En la bienvenida, el capitán nos prometió “lluvia y viento” y no decepcionó. Pero añado, hemos tenido lluvia y nubes; momentos soleados, momentos de rachas de viento y momentos de calma absoluta; momentos de adrenalina (“¡ballenas a proa!”); y momentos de seriedad (“el viento es fuerte y no se puede salir al exterior”).
Paisajes desde el barco de Navimag. © SJ La ruta de Navimag Mientras navegábamos por los mágicos fiordos de la Patagonia chilena, rodeados de islas vírgenes, hemos visto lugares increíbles. Además de las pequeñas ballenas minki, han aparecido parajes de postal como la Angostura Guía , de 30 metros de ancho (el buque tiene 27 metros de ancho); la Angostura Inglesa , con un giro de 90 grados; Puerto Eden , donde viven 74 personas y su único contacto con el mundo es este ferry; Stella Maris , la estatua que protege a los marineros; Bajo Cotopaxi , donde están hundidos dos barcos; el Canal Messier , el más profundo del mundo con 1.640 metros; el Golfo de Penas , con olas oceánicas; la Bahía Anna Pink , con el nombre de uno de los navíos de la primera expedición a esta región, que no se reconoció. También el Canal Darwin; el volcán Melimoyu; el golfo Corcovado, la isla Chiloé…
Además de las pequeñas ballenas minki, hemos visto la ballena azul (el animal más grande del mundo con 30 metros de largo), pingüinos, lobos marinos, nutrias, albatros, golondrinas oceánicas…
Esta navegación es una experiencia en sí Éramos unos 70 turistas (normalmente son menos) más 10 conductores de camión locales. Había varias familias con niños de diferentes edades, grupos de amigos, parejas, viajeros y viajeras solas… Unos cuantos europeos jubilados o de vacaciones, viajeros de Canadá, de Nueva Zelanda… Las conversaciones eran fascinantes y los temas de lo más variados. Al ser un barco relativamente pequeño había mucho espacio y tiempo para conversaciones y encuentros. Para escuchar las vidas de otras personas y consejos de viaje para las siguientes etapas. Cada cual elegía cómo y con quién iba a pasar el tiempo. Leyendo, mirando al mar, jugando a las cartas o a otros juegos…
Durante un viaje en barco por los fiordos conviven las nubes con los momentos soleados. Aprendí del trabajo sobre el terreno de ONGs en Polinesia, de estudios de la cultura maorí en Nueva Zelanda, del sistema de becas en Cuba, de la sanidad pública en Hawaii, del emprendimiento y empoderamiento feminista en Chile, de las rutas en la Patagonia argentina, de la escuela marítima en Puerto Montt, de las maneras de conseguir descuentos en expediciones a la Antártida…
✅ Datos importantes de un crucero en Navimag:
• No es un crucero, es un barco de mercancías que durante algunos meses al año admite turistas.
• Durante la travesía no hay Internet. Como dijo el capitán “en 3 días, el mundo seguirá igual”.
• La duración del viaje depende de la meteorología. Al igual que la hora de salida/llegada del barco y la duración de la travesía. Es aproximado. Por lo tanto, no conviene hacer reservas vinculadas con la ruta del ferry. Hay que solucionarlo sobre la marcha. Y no pasa nada, la compañía se hace cargo de sus pasajeros y nadie se queda “tirado”.
Parque Nacional Torres del Paine, la octava maravilla del mundo Torres del Paine está en la lista de visitas obligatorias en Chile. Este parque nacional, fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978. Una montaña con torres de más de 3.000 metros de altura y piedra azul considerada la octava maravilla del mundo.
Parque Nacional de Torres del Paine. © SJ El pueblo más cercano es Puerto Natales , a unos 140 kilómetros (unas 2 horas de autobús) de la entrada principal. Las carreteras en el parque son de gravilla. Se hacen trekking de un día desde la Torre Base (22 kilómetros, nivel medio-alto); y trekking de 4 o 5 días, como la famosa ruta W (nivel medio-alto), donde hay que hacer reservas en refugios a lo largo del camino (los guardas no dejan pasar a la siguiente etapa sin confirmación de reserva previa de alojamiento). Pero también se puede hacer el recorrido en autobús visitando los principales miradores y puntos de interés. Toda una delicia si no se quiere hacer el trekking y no te quieres perder los principales puntos de interés del parque. Hice la visita con la agencia @denomades , que fue francamente buena y recomendable, incluso como introducción al parque para los que lo quieren recorrer de pie.
El viento, siempre presente Lo que predomina en la región, sobre todo en época del verano austral, es el viento. Viento con rachas de hasta 140 km/h que vuelca coches. Viento como de no poder caminar recto, agazapada y haciendo paradas arrodillada. De estar agarrada a un árbol sin poder soltarlo y esperando que amaine. Los pensamientos cruzan la cabeza casi con la misma velocidad que el viento: “¿Es posible que sea tan fuerte? ¿Cómo saldré de aquí? ¿Dónde puedo refugiarme si se pone más feo? ¿Cómo llego a ese escondite? ¿Tengo lo que necesito para sobrevivir hasta que llegue algún tipo de ayuda?” Una experiencia nueva e intensa.
El fuerte viento te acompaña durante el verano austral en Torres del Paine. Puerto Natales El pueblo Puerto Natales, el punto de entrada al parque, tiene unos 5.000 habitantes. Hay varias tiendas y restaurantes, para turistas y locales. Es un lugar muy seguro a todos los niveles y para todo tipo de viajero.
✅ Curiosidades de Puerto Natales:
• El ayuntamiento pone cuerdas en el centro de la ciudad para que la gente las utilice para poder caminar cuando sopla fuerte el viento.
• Hay mucho perro callejero, pero todo el mundo los alimentan y están casi gordos.
• Tienen la tradición de comprar calendarios navideños.
• El horario de las tiendas es de 10 a 12.30 horas y de 15 a 20 horas
• Los contadores eléctricos están cubiertos por cajas decorativas muy bonitas.
• Hay dos fábricas de enlatado de salmón en la ciudad.
• No hay que perderse el Monumento al viento (2012).
Contadores eléctricos camuflados. © SJ Los desayunos de Juan Laso Juan Laso lleva el hostal “El Sendero” y es todo un personaje. Vale la pena alojarse ahí para conocerlo. Además de tener un cómodo salón con chimenea y la cocina más limpia que he visto por el camino, ¡el desayuno es la mejor parte! Para todos tiene preparados packs para llevar, con empanada y algún dulce, por si se sale con prisas pronto en la mañana.
Y ahora … ¡spoiler alert! En la mesa de desayuno, junto con la mantequilla, la mermelada, los panes, frutas, está una cesta de huevos. Y al lado una botella de aceite. Cuando cogí el plato y al final el huevo y le di un golpe… ¡me di cuenta de que era una huevo crudo! Lidia, que trabaja ahí, ¡me miro con cara de pena y dijo que era la octava persona de la mañana que rompía el huevo crudo pensado que era un huevo cocido!
Desayunos del hostal El Sendero. © SJ Mas allá del sentido de humor de Juan, es una idea brillante. Mucho más sencillo que jamón y queso que precisa nevera, etc. Cada cual se puede hacer su huevo frito o tortilla cómo quiere y cuándo quiere. Un ejemplo claro de win-win para todos.
✅ Información de interés:
• Merece la pena comer en “El Bote”, especialidades de la región.
• En “La Picada de Carlitos” las raciones son enormes, para dos personas o dos días.
• En el local “Pampa” encontrarás música en vivo y ambiente local.
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