Guadalajara guarda un secreto en forma de bodega en el corazón de su Sierra Norte. Finca Río Negro sorprende por muchas cosas, pero sobre todo por la calidad y originalidad de sus vinos: entre los mejores vinos de autor a precios razonables que existen. Y, además de disfrutarlos, te recomendamos recorrer esta bodega situada a mil metros de altura. ¡Un planazo con amigas para todo el año!
Vinos de la bodega Finca Río Negro. © Susana García La variedad de bodegas en España, con infinidad de Denominaciones de Origen, rutas enológicas y bodegas independientes hace que sea muy difícil destacar en un panorama con tan buenos vinos y tan diferentes. Pero cuando pisas la bodega de Finca Río Negro rápidamente percibes que estás en un lugar muy especial. Para empezar, estas 44 hectáreas de viñedo divididas en 30 parcelas están a mil metros sobre el nivel del mar, lo que cataloga sus vinos como “vinos de altura”, una denominación que tienen muy pocas bodegas y que le permite pertenecer a CERVIM, asociación que agrupa a los viñedos de alta montaña y viticultura heroica. Y después su ubicación, junto al Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara y a la cuenca del río Henares, en un hábitat serrano donde no hay bodegas vecinas en 55 kilómetros a la redonda, lo que aporta más originalidad de sus vinos.
Entrada de la bodega de la Finca Río Negro. © Susana García Unos vinos que además están elaborados solamente con uvas del terroir y con procesos ecológicos tanto en la vendimia (cien por cien manual) como en el resto de actividades de la bodega. Y se exportan poco, tan sólo el 20% a veintiún países diferentes. El éxito de esta marca y su limitada producción hace que se consuma mayoritariamente en España.
Condiciones climáticas excepcionales La originalidad de estos vinos viene dada por dos factores fundamentales. El primero, el tratamiento personalizado por parte de una familia que ha hecho de este proyecto su forma de vida y su apuesta personal. Hoy están al frente dos de los hijos del fundador de la bodega, José Manuel Fuentes: Víctor Fuentes como director comercial y Fernando Fuentes como gerente. El fundador y presidente todavía sigue acompañando a los grupos en sus visitas por unas tierras que son su mayor orgullo. Además, ha sabido transmitir a sus hijos esa pasión que se refleja en cada comentario que hacen sobre su bodega.
Finca Río Negro. © SG Y el segundo unas condiciones climáticas difíciles de encontrar en otro lugar que confieren a los caldos una gran personalidad. Para empezar, ya hemos comentado que son viñas a mil metros de altura, algo que parecía un hándicap en un primer momento, pero que con el cambio climático se está convirtiendo en una ventaja. En unos años en los que las vendimias se adelantan y las uvas tienen cada vez mayor grado alcohólico debido a la rápida maduración, aquí se mantiene una vendimia tardía, con unas uvas de maduración lenta y una acidez natural alta.
Tanto la altura, que hace que la incidencia de los rayos del sol sea más alta, como el viento provocan que las uvas se protejan con una piel más gruesa que provoca una mayor concentración en su interior, dando así unos vinos más expresivos.
El resto de condiciones distintivas son un invierno muy frío (estamos en la llamada Siberia española), unas noches que en verano llegan a los 15 grados, lluvia abundante y unos suelos antiguos de raña con estructuras complejas. Con todos estos elementos no es de extrañar que estos vinos sorprendan para bien desde el primer sorbo.
Barricas de la Finca Río Negro. © SG La historia de unas viñas antiguas La historia de la finca Río Negro se remonta a 1998, cuando José Manuel Fuentes compró esta finca que entonces tenía sólo media hectárea de viñas antiguas. Pero en el pasado esta tierra atesoraba una historia de culto al vino que incluso aparece reflejada en la historia de Cogolludo , la localidad a la que pertenece y que, según cuentan los lugareños, podría ser además el lugar de nacimiento de Cristóbal Colón. Detalles históricos aparte (el pueblo de Cogolludo merece una visita para ver al menos su bonita Plaza Mayor con el Palacio de los Duques de Medinaceli), la plaga de la filoxera acabó con las viñas de la zona a principios del siglo XX y la tradición vitivinícola quedó dormida hasta la recuperación de esta finca.
Primeros brotes en la finca Río Negro. © SG En 1999 se planta la primera hectárea y en 2004, en la etapa de “adolescencia” de la viña llega el primer vino, ese Quinto Año que mantienen como marca y que es una de las joyas de la corona. En enero de 2010, con 10.000 botellas, sale la primera añada “Finca Río Negro 2007”, obteniendo de inmediato el reconocimiento de los expertos. Hoy en día la bodega produce 180.000 botellas entre cinco vinos diferentes que siguen un cuidado proceso de vendimia que incluye cuatro selecciones de uva para que sólo se utilicen las mejores: primero, la vendimia en verde (seleccionando y separando en cada viña los mejores racimos); segundo, mientras se recoge la uva; tercero, en la mesa de selección; y en cuarto lugar con la máquina despalilladora.
Los vinos de la Finca Río Negro La Finca Río Negro es una bodega bonita, donde apetece estar y pasear. Pero no neguemos que su principal atractivo son sus vinos y la cata el momento preferido de la visita. Se realiza en la que fue la primera bodega y de la que salió el primer vino de la marca. Un espacio cuidado y coqueto que te hace sentir como en casa.
Si se catan los cinco vinos, se comienza por el único blanco de la bodega, Finca Río Negro Gewürztraminer , a cuyas viñas la bodega dedica nueve hectáreas, con una producción de unas 40.000 botellas al año. Se realiza con un 100% de esta variedad de uva del norte de Italia, con cuatro meses de crianza sobre lías en depósito, lo que le hace un vino goloso, de esos que piden otra copa.
El segundo vino es el 992 , cuyo nombre alude a los metros exactos de altura sobre el nivel del mar en el que se encuentran sus viñas. Es el vino joven de la bodega. Fresco, pero con cuerpo e ideal para el tapeo.
Cata de vinos de Finca Río Negro en la primera bodega. © SG Finca Río Negro es el tercer vino, basado en la uva tempranillo tan popular en esta región (hasta 1960 Guadalajara era la segunda provincia por más uva de esta especialidad de España). El 60% de tempranillo se acompaña de otras uvas como la Cabernet Sauvignon, la Syrah y la Merlot y pasa 12 meses en barrica de roble francés y americano. Es perfecto para carnes rojas o guisos, pero también es un vino que apetece tomar solo. No necesita mucho más.
Vinos Cerro del Lobo y Finca Río Negro Quinto Año Los dos últimos vinos son las dos joyas de la corona, los vinos donde el enólogo Juan Mariano Cabellos ha puesto todo su saber hacer y que reflejan mejor que ninguno la personalidad de esta bodega. Según nos cuenta Víctor Fuentes, Cerro del Lobo es el vino que ha pedido el viñedo. Basado en la uva Syrah, la primera añada fue en 2018 y recibió el nombre de una familia de lobos que se ha instalado en los terrenos de la bodega, concretamente donde se encuentran estas viñas. Tiene una producción pequeña, sólo 6.000 botellas, y pasa once meses en barricas francesas (la mitad nuevas y la mitad de segundo año). Es un vino que, a pesar de ser un vino muy estructurado, se degusta fácil y resulta fresco y fluido.
Y Finca Río Negro Quinto Año es un vino de guarda, con un 70% de tempranillo y el resto de Cabernet Sauvignon, que fermenta en tinas de madera de roble francés. Pasa 18 meses en barrica y dos años y medio en botella antes de salir al mercado como un vino complejo y elegante que apetece siempre.
Tinto fragoso En su afán de recuperar las tradiciones vitivinícolas de la zona y contribuir en el I+D del sector, Finca Río Negro ha dedicado cuatro hectáreas a la tinto fragoso en distintas zonas de la finca, una variedad ancestral de la zona de Cogolludo. Los trabajos con estas viñas comenzaron en 2005 y están comenzando las catas de expertos. La cosecha de 2023 (que saldrá al mercado en 2026) será la primera de este vino que aún no tiene ni nombre, pero que promete ser toda una revelación.
Cata de tinto fragoso. © SG Preguntas frecuentes | Etheria Magazine ¿Cómo reservar una visita a la Finca Río Negro? Las visitas se reservan a través de los teléfonos +34 91 302 26 48 / +34 687 978 652 o por email: info@fincarionegro.com.
¿En qué consiste la visita? La visita dura 1 h 45 minutos. Incluye la explicación y paseo por la finca y la cata de tres vinos, acompañada de un delicioso aperitivo a base de embutidos de caza, cecina y quesos.
¿Cuánto cuesta la visita? El precio de la visita es de 24 Euros por persona.
Botellas en la primera bodega de Finca Río Negro. © Finca Río Negro ¿Dónde está la Finca Río Negro? La Finca Río Negro se encuentro en el pueblo de Gogolludo, en la provincia de Guadalajara. Puedes introducir en tu GPS esta dirección: CM-1001, km 37,4.
¿Dónde se pueden comprar los vinos de Finca Río Negro y qué precio tienen? En la página web de Finca Río Negro (www.fincarionegro.com ) se pueden comprar los vinos. Además, es posible adquirirlos en los principales centros comerciales y webs especializadas en la venta de vino. Los precios van de los 11,50 Euros del 992 a los 30,50 Euros del Finca Río Negro Quinto Año.
¿Cómo completar una visita a la bodega Finca Río Negro? Se puede parar en Cogolludo para ver su plaza, con el Palacio de los Duques de Medinaceli. Otra muy buena opción es acercarse a Sigüenza (a 60 km) y alojarse en el maravilloso Molino de Alcuneza , que cuenta con un restaurante con una estrella Michelin que dirige el chef Samuel Moreno.
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