La tórrida, seductora y maravillosa película ‘La Noche de la iguana’ puso a Puerto Vallarta en el mapa y la romántica serie de final feliz ‘Vacaciones en el Mar’ (Love Boat ) la convirtió en un sueño. Descubre las historias y secretos de estos rodajes y cómo contribuyeron a que este paraíso mexicano sea hoy en día uno de los principales focos turísticos del país.
Puerto de Nuevo Vallarta. © Taly Torres. Puerto Vallarta en los años sesenta era una pequeña población pesquera de Jalisco con apenas 15.000 habitantes y de difícil acceso, situada entre el río Ameca, las montañas y el océano. La ciudad más cercana era Guadalajara, a la que se tardaba en llegar dieciséis horas en coche por unas carreteras de dudosas condiciones. Un lugar ajeno al mundo que se vio inmerso en el rodaje de una de las películas más populares de la época, un filme que cambió para siempre su destino.
Un duende llamado Huston Por cosas del azar, de los duendes, Puerto Vallarta saltó a la fama. En este caso fue por un duende llamado John Huston, que en 1929 había caído por esos intrincados lares y se había enamorado de ellos, archivándolos en su memoria cinematográfica. El afamado director eligió este perdido lugar del mundo, concretamente una de sus playas, Mismaloya , a la que sólo se podía llegar por mar, para rodar La Noche de la iguana , basada en el libro homónimo de Tennessee Williams. Se lo había pedido el productor Ray Stark, uno de los hombres más influyentes de Hollywood y a él, dado su amor por México y por la admiración que tenía por Tennessee Williams, le pareció estupendo.
Los actores vivieron el rodaje sin ninguna comodidad y en un lugar, Mismaloya, a donde sólo se podía llegar en barco.
Reparto de lujo No tardaron en ponerse de acuerdo en la elección de los actores. El sacerdote atormentado no podía ser otro que Richard Burton . Todo hay que decirlo, en esos momentos vivía uno más de sus apasionados romances con Elizabeth Taylor , que estaba casada con Eddie Fisher; Burton seguía casado con la galesa Sybil William. La pintora, rígida y disciplinada, tenía que ser representada por Deborah Kerr , mientras que para la adolescente seductora, la que le ofrece la manzana al volátil Burton, quién mejor que la Lolita de entonces, Sue Lyon .
Un papel estelar tuvo esa fuerza de la naturaleza que era Ava Gardner , que por aquel entonces quemaba las noches madrileñas. A esta ciudad tuvieron que viajar los mismos Huston y Stark para convencerla de actuar en la película, ya que ella en un principio no tenía demasiadas ganas y estaba contenta con su dilatada vida de Madrid.
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Algunos de los protagonistas de “La noche de la iguana”: Richard Burton con Elizabeth Taylor en una entrega de premios en Italia, Ava Gardner y Sue Lyon. © Wikimedia Commons Que nos pille confesados… Hay que trasladarse a los años sesenta de un pueblecito de pescadores mexicano apartado del mundanal ruido, católico y acostumbrado a ver las mismas caras todos los días. Cuando de repente irrumpen en su escena cotidiana seres llegados de otro planeta con costumbres libertinas que podían influir a sus hijos. “Beben”, “seguro que se drogan”, pensarían, al observar su distendido comportamiento. El recibimiento no pudo ser más seco: famosa es la foto en la que el convoy de actores, sentados alrededor de una mesa redonda, recibe de John Huston el regalo de un estuche con una pistolas Derringuer chapadas en oro, “por si las moscas”. Esas moscas nunca molestaron, todo lo contrario. El rodaje se llevó suavemente. Con Elizabeth Taylor incluida, que ya se había trasladado a Mismaloya para no cortar su incipiente romance.
Rocas frente a la playa de Mismaloya, en Puerto Vallarta. © Aliux Saavedra Cantellano La Casa Kimberly En aquel rincón de México, Richard Burton compró la Casa Kimberly, que contaba con un Arco del Amor y que hoy alberga un estupendo hotel boutique en Gringo Gulch (el Barranco del Gringo), presidido por una gigantesca foto de Liz Taylor. En Casa Kimberly (casakimberly.com) han dormido, y probablemente se habrán sumergido en la bañera de mármol rosa con forma de corazón al igual que solía hacerlo la inolvidable Liz, estrellas de Hollywood como Anne Baxter, Jamie Lee Curtis, Kathy Bates, Zsa Zsa Gabor e incluso el grupo Village People.
Al Gobierno mexicano no le vino nada mal el célebre elenco que se trasladó a su puerto del Pacífico y en breve empezaron a construir donde antes no había infraestructura alguna. De hecho, alguien comentó que en Puerto Vallarta, en esos momentos, había más reporteros que iguanas.
Playa de las Caletas en Puerto Vallarta. © Manena Munar Tennessee Williams ayudó con el guion. El escritor había estado en México en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. La idea de la novela le vino al observar la indolencia de la gente en las playas tropicales mexicanas que vivía la vida relajadamente y se evadía de cualquier problema que no fuera su propia existencia.
📍Un detalle para cinéfilos : John Huston consideró oportuno rodar La noche de la iguana en blanco y negro para que el color exuberante del trópico no quitará protagonismo a la profundidad de la historia.
Integrados en Puerto Vallarta Los actores de La noche de la iguana mientras rodaban el film, viviendo sin teléfono, sin carreteras y con la compañía de iguanas, escarabajos y serpientes, no languidecieron ante un medio al que no estaban acostumbrados y enseguida se mezclaron con el pueblo. Iban a sus tabernas, comían la sabrosa comida casera y hablaban con la gente, que dejaron de verlos como demonios para considerarlos amigos. Prueba de ello es la escultura levantada en honor a John Huston que se alza en el centro de la isla de Río Cuale.
Iguana en Puerto Vallarta. La misma Liz Taylor aseguró que en Puerto Vallarta encontró la felicidad y que había estado más cómoda que en ningún otro lugar. Los lugareños verían a la sensual Sue Lyon emerger de las aguas como una sirena conocida, a Ava Gardner tomarse una copa de más en cualquier bar y a Deborah Kerr pasear meditabunda por la playa, mientras la pareja del año, Dick (Richard Burton) y Liz, se escondían en su Casa Kimberly. De cuando en cuando se enfadaban y entonces uno de los dos cruzaba ese Arco del Amor hacía la casa del otro lado, bajo la atenta cámara de los paparazis siempre a la espera.
‘Vacaciones en el mar’ desde el sofá Si la película, que mereció cuatro Oscar, supuso el principio turístico de Puerto Vallarta, la serie más famosa de los años 70 y 80, Vacaciones en el Mar (Love Boat ), fue un punto de inflexión en el mundo de los cruceros y acabó por consolidar a Puerto Vallarta como destino turístico. El condescendiente capitán Stubbing, Bricker, el doc. que todo lo cura, Gohper el sobrecargo o el amigable barman, Isaac, a quien los pasajeros cuentan sus cuitas, entraban tres veces a la semana en los hogares con jugosas historias de amor con final feliz. La serie duró diez años en la televisión y en ella la inolvidable directora del crucero era Julie y la supuesta hija del Capitán, Vicki.
The Pacific Princess salía de Los Ángeles y navegaba a Puerto Vallarta, donde desembarcaba el pasaje y los espectadores televisivos.
Diez temporadas, 249 episodios durante los cuales el Pacific Princess embarcaba al pasaje en Los Ángeles y lo trasladaba a las playas del Pacífico de Puerto Vallarta, paraíso que todo el mundo desde su sillón, frente a la tele, soñaba con conocer algún día. La gente se enamoró de los cruceros y lo hizo también del océano Pacífico mexicano.
Protagonistas de “Vacaciones en el mar”. © Wikimedia Commons La serie no escatimaba en cuanto a su elenco y en algunos capítulos actuaron estrellas de la categoría de Peter Lawford (El día más largo ), Gene Kelly (Bailando bajo la lluvia ), Joan Fontaine (Rebeca ) y su hermana Olivia de Havilland (Lo que el viento se llevó ), Joseph Cotten (El tercer hombre ), los inagotables baloncestistas Harlem Globertrotters e incluso el mismo Andy Warhol, que probablemente rompería el récord de audiencia ese octubre de 1985 cuando se embarcó en el Pacific Princess.
Walter Capelli, gerente de alimentos del “Love Boat”, conoció a Coco Gil García en Puerto Vallarta y se casó con ella el día de San Valentín en 1981.
Se dio una curiosa anécdota que no era parte del guion de la serie pero que protagonizó Walter Capelli que fue el jefe de camareros y gerente de alimentos durante 27 años en el Pacific Princess. El crucero, por cierto, era uno en toda regla en el que embarcaban pasajeros reales, incluso durante sus diez años de rodaje. Al desembarcar, Walter solía ir a tomar una copa a un club del malecón, City Dump, donde iba todo el mundo cuando la zona empezaba a desarrollarse. Allí hizo realidad uno de los románticos capítulos de Love Boat conociendo a Coco Gil García y casándose con ella.
Barco de cruceros frente a Puerto Vallarta. © Alonso Reyes Qué hacer en Puerto Vallarta hoy día Puerto Vallarta tiene actualmente unos 300.000 habitantes y su oferta turística se ha alargado hasta la espectacular Bahía de Nayarit. Está bordeado por hoteles de la talla del Dreams® Bahia Mita Surf & Spa Resort (www.amrcollection.com), un alojamiento de película para familias, pero también con su apartado sólo para adultos. También cuenta con restaurantes exclusivos, como Noroc (www.norocpv.com), formado por piscinas que bordean las mesas frente al mar. Una buena actividad es hacer un tour gastronómico con Vallarta Food Tours (www.vallartafoodtours.com).
Restaurante Noroc. © Manena Munar Tres excursiones No hay que obviar hacer una ruta por los alrededores a lugares tan especiales y diferentes como Bucerías o Cruz de Huanacaxtla , que tiene un puerto precioso. O Sayulita , que se encuentra dentro de los Pueblos Mágicos de México y es un colorido paraíso para los surfistas.
Planeta Cacao. © Manena Munar No dejes de probar el excelente cacao de Planeta Cacao y aprender lo mucho que ha significado para el mundo, y sigue haciéndolo, el grano del cacao.
Deportes activos Es ineludible conocer Playa Marietas (puedes hacerlo con Vallarta Adventures), atravesar en un quad el puente colgante Jorullo o volar en tirolina por la jungla (canopyriver.com).
Esnórquel en Playa Marietas. © Manena Munar Pasear por el parque Al anochecer se impone un paseo por el Parque de Lázaro Cárdenas , o parque de los Azulejos, un auténtico despliegue de arte urbano al estilo Gaudí en la zona romántica, así nominada en honor al romance que allí tuvo lugar entre Liz Taylor y Dick Burton mientras se rodaba La noche de la iguana .
Parque Lázaro Cárdenas. © Manena Munar Asistir a un espectáculo También puedes ir a ver al Circo del Sol en plena selva y a orillas del mar, donde los focos del espectáculo son aún más deslumbrantes. Y terminar disfrutando del onírico museo en tres dimensiones TILT PV A TRACY LEE STUM , surfeando sobre las olas, saludando a un tigre feroz o pilotando un avión.
Más información
Turismo de Puerto Vallarta : visitapuertovallarta.com.mx
Turismo de Riviera Nayarit : www.rivieranayarit.com
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