Has leído ‘Cádiz’ y te han venido a la mente sus enormes playas, sus coquetos pueblos blancos y el inconfundible sabor de sus atunes en el paraíso, que cantaría Javier Ruibal. Necesitar no necesitamos mucho más para querer volver a la antigua Yazirat Qadis , pero existe otro motivo más para escaparnos: descubrir su romántica faceta andalusí.
Vejer de la Frontera es uno de los pueblos con más encanto de Cádiz. © K.R. Si hay una cuestión que los gaditanos saben es que los pequeños placeres se disfrutan con pausa, a ralentí, como en una bulería por soleá. Contemplando un atardecer en La Caleta o tomando pescaíto frito en el carnavalesco barrio de La Viña . Pero ¡que su apariencia relajada no nos engañe! La Tacita de Plata tiene alma fenicia, marinera, defensiva y socarrona —para muestra, sus chirigotas —. A diferencia de otras provincias de Andalucía, en Cádiz no se conocen demasiado sus vestigios de la época musulmana, razón de más para que nos pique la curiosidad, ¿los buscamos? Y de paso te contamos qué hacer en Cádiz para pasar unos días de lujo.
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Los fenicios fundaron hace tres mil años Gadir (Cádiz), la ciudad más antigua de occidente. © Turismo Ayto. Cádiz El Pópulo Nos situamos en los dominios de El Pópulo , el barrio más auténtico y antiguo de la capital. Cada esquina, cada callejuela y adoquín rezuman historia. Y si no, échale imaginación y baja la mirada a tus pies cuando entres en la parroquia de Santa Cruz porque allí debajo se encontraba la antigua Mezquita Mayor de Cádiz . Aunque para suelo único, ¡el de la plaza en la que se encuentra! La de Fray Félix , especial y diferente a las demás por su pavimento, formado con el auténtico lastre de los galeones que regresaban del Nuevo Mundo.
La plaza de Fray Félix se sitúa en un discreto rincón de la capital. © Manuel Fernández Ignoremos la Catedral por un momento —la identificarás por su enorme cúpula amarilla— y el icónico skyline costero de la ciudad. Nos dirigimos hacia los arcos de la muralla medieval para conocer un curioso detalle.
Cuando pensábamos que la muralla fue elevada tras la Reconquista, descubrimos que fueron los musulmanes quienes comenzaron a construirla.
El Teatro Romano de Cádiz es uno de los más grandes y antiguos de la Península ibérica. © Juan de Dios Borrego Mientras los objetivos de las cámaras se dirigen al Teatro Romano, añadimos a la lista de hallazgos andalusíes el capitel califal y las vasijas almohades que aparecieron a su lado y que hoy puedes ver en el Museo de Cádiz. Si te gustan los motivos decorativos árabes, marca en el calendario el mes agosto para acudir al Mercado Andalusí de El Pópulo, un entrañable zoco que se celebra desde hace veinte años.
El Laurel y La Sorpresa Antes de continuar, celebremos que la gastronomía de Cádiz está de moda, ¡hasta el New York Times la recomienda! Tomamos un primer tapeo cien por cien gaditano en la veterana tasca El Laurel y nos acercamos hasta La Sorpresa , un antiguo despacho de vino que ha sido restaurado —prueba sus delicias de atún—. Si estás obsesionada con este manjar, sigue nuestra particular ruta del atún rojo por toda la provincia.
✅ Ruta del Atún Rojo de Cádiz, de Conil a Tarifa por la orilla del mar .
El atún rojo de almadraba es el producto estrella en la cocina gaditana. © Taberna La Sorpresa El aroma a té de hierbabuena fluye entre el vapor de las cachimbas de El Oasis , una pequeña tetería árabe que cada viernes celebra su espectáculo de danza oriental.
Comprenderás por qué la llaman la ‘Costa de la Luz’ cuando contemples desde el Castillo de Santa Catalina uno de sus mágicos atardeceres.
O desde el Paseo de Santa Bárbara , donde también existió otra mezquita de la que hoy tenemos constancia gracias a unos planos del siglo XV. El Parador Nacional de Cádiz y la controvertida pérgola del Parque Genovés enmarcan este punto de la ciudad con aires vanguardistas.
Atardecer desde el Castillo de Santa Catalina. © Manuel Fernández Exótica gastronomía Seguramente no necesitemos visitar un antiguo granero del siglo XVI para disfrutar de un buen cuscús e introducirnos en la fascinante cocina árabe, pero el universo culinario de El Jardín del Califa, en Vejer de la Frontera, nos seduce con su evocador espacio.
El Jardín del Califa es el mayor exponente de la gastronomía árabe en la provincia. © K.R. Su romántico jardín y un aljibe del siglo XII nos introducen en las esencias del Magreb: gustosos tajines —guisos a fuego lento en cazuela de barro—, especiados maglubas —pasteles rellenos de berenjenas con carne picada— y productos del mar. Siempre el mar. Su ataïf de atún —un crepe de hojaldre warka a la sartén— y los pescados a la brasa rescatan la frescura de la costa gaditana.
Endúlzate con los backlavas, unos bocados de miel, hojaldre y pistachos, y atrévete con los chapakiyas, los pestiños árabes con ajonjolí y forma de flor.
El delicioso cuscús agridulce de El Jardín del Califa. Descubrimos los bocados árabes con un punto innovador del restaurante Alboronía , en Jerez de la Frontera . No te pierdas su ternera Baharat, la última especialidad de su chef Adelina Pandelet. Probar las clásicas opciones marroquíes del Restaurante Nazarí , en la localidad de Benaocaz , nos servirá de excusa para perdernos por la Sierra de Grazalema.
La ruta de los Almorávides y los Almohades Si levantamos la mirada, veremos la cordillera del Rift. La costa de Marruecos se encuentra a tan sólo 16 kilómetros de Tarifa , la ciudad del viento. En este reino estival de lo boho chic comienza uno de los recorridos más bellos del sur de Andalucía. Catalogado Gran Itinerario Cultural del Consejo de Europa , la ruta se extiende hasta Granada a lo largo de 400 kilómetros que reproducen el recorrido que los guerreros marroquíes llevaron a cabo para ayudar al rey Al Mutamid a defender Al-Andalus.
A pesar de sus orígenes bélicos, la belleza del itinerario es incontestable.
El punto más meridional de la península ibérica se encuentra en Tarifa. © K.R. Planes para dos El relajante sonido de los arroyos, las luces tenues y las bellas decoraciones nazaríes de los baños árabes nos han convencido: después de tanta ruta senderista, merecemos una jornada en el Hammam Sancti Petri o en el Hammam Andalusí para darnos un capricho romántico. Este último combina la experiencia con catas de vino de Jerez, la localidad en la que se encuentra.
En la cultura árabe el agua simboliza pureza y sabiduría.
¡Más y más atardeceres! Grupos de amigas y parejas embelesadas se reúnen en los lounges de las playas de El Palmar, Conil de la Frontera y Zahara de los Atunes. Los dj’s acompañan con ritmos chillout arabescos las tardes doradas frente al mar, como las que se viven en la gran Jaima Meccarola , en Los Caños de Meca , uno de los pueblos más hippies del litoral gaditano.
Buen ambiente y relax en la jaima más famosa de Cádiz. © Jaima Meccarola Pon la guinda a este viaje andalusí alojándote en un riad. ¿Sabes qué es? Riad significa ‘edén’, ‘jardín’, en árabe, pero también hace referencia a un tipo de casa o palacete tradicional que contiene un patio alrededor del que se organizan las habitaciones. The Riad Tarifa recrea al detalle el ambiente de este tipo de hoteles-boutique y cuenta con su propio hammam.
De aquella Tarifa musulmana hoy nos queda el gran torreón con el que Abderramán III defendió la zona del puerto.
Velada romántica en la azotea de The Riad Tarifa. © The Riad Tarifa No te vayas de Tarifa sin conocer el capítulo más impactante de su historia. Ocurrió a finales del siglo XIII cuando el militar Guzmán el Bueno prefirió que degollaran a su hijo antes que entregar la ciudad a las tropas nazaríes y meriníes que lo capturaron. Ya que entonces no existían redes sociales internautas, el suceso se difundió mediante romances que cantaban cómo Guzmán entregó su puñal a los raptores de su hijo. Decía:
“Matadle con éste, si lo habéis determinado, que más quiero honra sin hijo, que hijo con mi honor manchado”.
No te pierdas en la provincia… Jerez de la Frontera es la capital del vino y del caballo, de hecho, fueron los árabes quienes introdujeron este animal en la Península. Esta ciudad (¿o es un pueblo? existe un gran debate sobre esta cuestión) cuenta con bastantes vestigios andalusíes, como el Alcázar del siglo XII, los baños árabes o la Alameda Vieja… Fíjate en el arco de herradura de la capilla de Santa María, antiguamente fue una mezquita.
Pero además del flamenco, si hay algo que marque la personalidad de Jerez es el poderío y la distinción de los jerezanos. Ya lo dijo Mohamed al-Maqqari, uno de los intelectuales argelinos que visitó la ciudad durante aquel periodo musulmán:
“Su gente es elegante en el vestir, lo que demuestra lujo y buenas maneras. No es raro ver en ella a amantes y enamorados.”
Monumento en homenaje a la mujer vejeriega en Vejer de la Frontera © K.R. Sigue nuestra Ruta de los Pueblos Blancos para conocer otros pequeños vestigios del Cádiz andalusí como Setenil de las Bodegas, su nombre simboliza los siete intentos fallidos de conquista que sufrió por parte de los cristianos.
Descubre el misterioso origen de las mujeres vejeriegas (de Vejer de la Frontera ), llamadas ‘las cobijadas’ por cubrirse con un manto que se asemeja al hiyab musulmán. Puedes acercarte a su historia con una visita guiada y cantada de Marimantas Vejer. El Puerto de Santa María también recuerda su pasado árabe en la colección permanente de la Sala-Museo El Hospitalito. ¡La lista de huellas andalusíes es interminable! Acércate al Castillo de Sanlúcar de Barrameda , a las Murallas meriníes de Algeciras , pasea por las calles del centro de Olvera y el Barrio Bajo de Grazalema .
Se necesitan muchas vidas para disfrutar de todas las facetas de Cádiz, no solo la andalusí, pero siempre nos sobrarán más de mil y una razones para querer volver.
M´ás información
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