Estos son los 10 destinos con los que el equipo de Etheria Magazine sueña viajar este año. Algunos son lugares deseados durante largo tiempo y otros se visitan con frecuencia, pero todos resultan ideales para mujeres viajeras.
Iglesia de la Trinidad de Guergueti, en Georgia. © Timur Kozmenko 1. Georgia, la cuna del vino Una ruta “caucásica” con Georgia como epicentro, la cuna del vino , es para mí ese viaje soñado y aplazado que todos tenemos. Y es que rezuma historia, naturaleza “a lo bestia”, misterio, espiritualidad, fusión de culturas y una gastronomía excepcional… Este lugar ejerce desde hace años una poderosa atracción sobre mí, pero justo cuando era “mi siguiente viaje” pasaba algo que me obligaba a aplazarlo.
Prometo que no se convertirá en un viaje maldito y espero que pronto, muy pronto, pueda contarlo en Etheria. Y así hablaros en primera persona de Tbilisi y la fortaleza de Narikala , con su imponente silueta dominando la ciudad. También de sus callejas, sus coloridos balcones de madera tallada con delicadeza y precisión cirujana, que hablan tanto de sus gentes… o Abanotubani y sus baños medicinales con esas preciosas cúpulas con arabescos. Acercarme hasta Mtskheta y sus santos templos, origen del cristianismo ortodoxo, sorprenderme en la ciudad-cueva de Vardzia, disfrutar del Gran Cáucaso para sentirme pequeña. Y, por supuesto, embriagarme de cultura vitivinícola en la región de Kakheti. Allí dicen que comenzó todo esto del vino y donde se sigue elaborando con técnicas ancestrales, de esas que tanto me gustan. Y ya, como guinda del pastel, “saltar” a la leyenda, Armenia . ¿Le ponemos fecha?
Vanesa Viñolo, periodista de Gastronomía y Enoturismo.
En la ceremonia diaria del Binthabat, en Laos, se ofrece alimento a los monjes. © Manena Munar 2. Leyendas del Mekong, templos y aires coloniales en Luang Prabang Luang Prabang es uno de mis viajes para 2021. Su situación a orillas del Mekong, la mezcla de arquitectura colonial francesa con la fastuosidad de sus 33 templos como el Wat Xieng Thong, antiguo lugar de coronación, o el Wat Mai –Museo Nacional– y el vivir tranquilo de su gente, la convierten en una ciudad deliciosa. El jolgorio cotidiano del mercado mañanero lleno de productos frescos se acentúa en el nocturno donde encontrar maravillas artesanales.
Obligatorio acudir al amanecer a Binthabat , una ceremonia donde la población ofrece sustento a los monjes. Y después, sentarse en el Café Mekong Fish frente al río, emulando las historias que navegan por su cauce para probar alguna delicia laosiana. Una opción es la ensalada Laap aderezada con salsa de pescado y lima.
Otro deber inexorable es subir 328 escalones hasta la cima de Mount Phousi para contemplar una espectacular panorámica de Luang Prabang en el ocaso, antes de ir a dormir al onírico Belmond La Résidence Phou Vao.
Manena Munar, escritora y periodista de viajes.
Seljalandsfoss, Islandia. © Andrey Andreyev 3. Islandia en autocaravana Hasta hace pocos meses, tenía unas inmensas ganas de regresar a Japón el próximo año, un país fascinante al que sigo viajando de la mano de su exquisita literatura. Pero la pandemia también ha afectado a ese sueño y hoy, paradójicamente, anhelo más perderme por los paisajes inmensos y apabullantes de Islandia que en el frenesí cultural que aguarda en el país asiático.
Y, por supuesto, quiero hacerlo en caravana, que es lo que le pega a Islandia por dos razones fundamentales: la oferta de alojamiento es limitada y la acampada libre está permitida. Y en este viaje soñado para 2021 me encantaría, entre otros planes, ver ballenas en Husavik , visitar la cascada Dettifoss, pasear por laguna glaciar de Jökulsárlón , bañarme en las aguas termales de Bláa lónið (Laguna Azul) y llegar hasta los fiordos del Oeste, una de las áreas más remotas del país.
Nuria Cortés, periodista de viajes.
Salar de Uyuni, en Bolivia. © Sifan Liu 4. Bolivia, un país fascinante para 2021 Entre los viajes que planeo para 2021 me gustaría destacar Bolivia, un país que he pateado en dos ocasiones para hacer una guía para Anaya Touring y que es bastante desconocido para el viajero occidental. Para mí es realmente fascinante. Es la nación indígena por excelencia, tiene la capital y el aeropuerto más altos del mundo y el lago navegable con mayor altitud, por lo que también se conoce como “el Tíbet de las Américas”. Volvería a La Paz con su imponente volcán Illimani, a la colonial Sucre, a Potosí, a las ruinas de Tiahuanaco, al lago Titicaca , al salar de Uyuni , a la laguna Colorada, a la Amazonia boliviana… Es todo un derroche de patrimonio, cultura y belleza natural. Y todo a lo grande y a lo alto.
Pilar Ortega, especializada en Periodismo Cultural.
Parque del Dragón Negro, en Lijiang (China).
5. Lijiang, al suroeste de China Aunque las circunstancias perseveren en el empeño de hacernos posponer algunos viajes, en el próximo año estoy segura de que nuestro yo más viajero emergerá con más deseo que nunca. Para volver de nuevo al camino escojo Lijiang, una pequeña ciudad situada en el suroeste de China , conocida con el sobrenombre de la Venecia oriental. Elijo este oasis en las estribaciones del Tíbet porque desde que Edith López , una guía turística catalana afincada en la región, me habló del destino, en mi imaginario viajero lo identifiqué con Shangri-La, el paraíso perdido creado por James Hilton en su novela Horizontes Perdidos . La capital de la ancestral etnia naxi, coronada por la montaña de Jade, me parece un buen lugar para alimentar las estancias del alma.
Me visualizo paseando por las calles empedradas de la ciudad antigua (Dayan ), con sus casas de madera y canales de agua cristalina. Estoy deseando subir al pabellón Wangu Lou , para contemplar el original diseño de los tejados típicos de esta región. Otro lugar al que me gustaría acudir es al parque del Dragón Negro adornado con lagunas, bosquecillos y templos, y donde los lugareños van a practicar taichí. Estoy deseando subir (a pesar del vértigo y del mal de altura) en el telesilla hasta sus 4.506 metros de altura, para contemplar, desde las pasarelas de madera, las vistas de los glaciares. Y antes de volver a casa me gustaría hacer alguna ruta por la Garganta del Salto del Tigre. ¡Quiero ser huésped de esta quietud!
Eva Madruga, especializada en Turismo de Cine.
La Candelaria, Bogotá (Colombia). © Michael Barón 6. Bogotá, la diversión necesaria Hay destinos que plantean atractivas aventuras viajeras por el mero hecho de pertenecer a una cultura eminentemente divertida. Por eso necesitamos tanto Colombia . Apetece descubrir con amigas cómo es el rey del café, la cuna del reggaetón, tocar el cielo de sus cerros y sentir el vibrante mundo de sus rumbeaderos. Bogotá resume la esencia colombiana en instintos, y, también, en gestos como pedalear sus kilométricas ciclovías, tomar chicha en una taberna del Embudo, inhalar los aromas de sus mercados de frutas y flores, cegarse ante las joyas del Museo del Oro o bailar los vallenatos de los músicos de la Carrera Séptima. Colombia es el revulsivo viajero que necesitamos para dejar atrás la monotonía del 2020.
Kelu Robles, periodista radiofónica y de viajes.
Castillo de Kilchurn, Escocia. © Connor Mollison 7. Escocia, paisajes y cultura Entre mis destinos pospuestos en 2020 se encuentra Escocia, un país del que todos nos hemos enamorado en la gran pantalla con películas como ‘Braveheart’, toda la saga de ‘Harry Potter’, e, incluso, con ‘Brave’, de la mano de Disney-Pixar. Descubrir en una ruta en coche sus grandes paisajes, y su cultura ancestral mientras se escucha música celta es una experiencia que espero vivir muy pronto. Aunque sea una ruta muy poco original, en el primer viaje a Escocia me gustaría visitar Edimburgo, Glasgow, las Highlands con sus increíbles valles y paisajes tenebrosos, la isla de Skie, Inverness y el lago Ness. Sin duda, esta guía de las Altas Tierras de Escocia será la mejor compañera en esos días.
Pepa García, periodista de Viajes y directora editorial de Etheria M.
Monte Saint-Michel, en Normandía (Francia). 8. Bretaña y Mont Saint-Michel Uno de los viajes que no pude realizar en 2020 y que espero retomar en 2021 es una ruta desde Nantes por el corazón de Bretaña para terminar con la maravillosa imagen de Mont Saint-Michel (en Normandía ). Uno de esos viajes en familia en los que te adentras en las regiones europeas con la certeza de que aciertas seguro porque todos encuentran un aliciente al viaje: quizá sentir parte de la historia en Carnac, descubrir los secretos del rey Arturo en el bosque Brocéliande o pasear por las encantadoras calles de Saint Malo. Y si todo esto lo acompañas de crêpes y macarons nada puede salir mal. Francia (como Italia) son dos tesoros cercanos que merecen siempre un viaje, tienen tanto que ofrecer que nunca te cansas de recorrerlos.
Susana García, periodista y directora corporativa de Etheria M.
Suecia. © Richard Taimalie 9. Suecia, en contacto con la naturaleza En cuanto podamos volver a viajar, el primer destino que tengo intención de visitar es Suecia. Le tengo un cariño especial porque allí vive mi hermano y mis sobrinos con un estilo de vida de auténtico cuento. Una casa en el bosque, rodeados de nieve… incluso hay osos, que espero se mantengan a cierta distancia. Una vida tranquila, relajada, rodeados de naturaleza, todo lo que se puede desear en este momento. Tengo muchas ganas de conocer este país tan diferente al nuestro en todo, donde los niños disfrutan de una vida moderna pero en plena naturaleza y relajada, y sí, sin mascarillas.
Rebeca Ávila, periodista de Estilo de Vida y Directora de RSC de Accor en Europa del sur.
Ballena en Baja California (México). © Mike Doherty 10. Baja California para ver cetáceos Los gigantes del mar me atraen hasta la mexicana península de Baja California, en cuya abrigada bahía han encontrado un paraíso del Pacífico para criar, reproducir y alimentarse. El equilibrio que los habitantes del lugar han establecido con esos vecinos marinos es un ejemplo mundial de Turismo de naturaleza, concretamente de avistamiento de cetáceos , una de las actividades de ecoturismo que más me fascinan. Descubrir aquellas iniciativas que fomentan un turismo más sostenible en proximidad de estos mamíferos es una de las actividades en las que invertiré más tiempo después de disfrutar en el agua muy próxima a las ballenas.
Mar Ramírez, periodista de Naturaleza y Viajes.