El centro de España es una fuente inacabable de planes de viaje, muchos desconocidos, que pueden disfrutarse durante todo el año. En este artículo nos centramos en 10 pueblos de Castilla-La Mancha que son una maravilla. Esta comunidad autónoma merece, sin duda, la pena tanto por su historia como por sus parajes naturales. Echa un vistazo a nuestra lista, seguro que te surge alguna idea para tu próxima escapada.
Sigüenza. Las listas de «pueblos bonitos» sirven sobre todo para poner la miel en los labios con la promesa de futuras escapadas, de esas que siempre apetecen para romper la rutina del día a día. En este caso nos centramos en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, que cuenta con infinidad de pueblos y rincones naturales perfectos para organizar un fin de semana. Aquí hemos elaborado una lista con diez pueblos bonitos de Castilla-La Mancha, dos por provincia, aunque te adelantamos que hay muchos más.
Sigüenza Sigüenza es una localidad habitual en las listas de los pueblos más bonitos de España, y no es para menos. Su casco histórico, con aportaciones del mudéjar, el románico y el gótico, le confiere una personalidad especial y es un lugar donde te sientes, al instante, trasladado varios siglos atrás. Por Sigüenza hay que pasear con calma y detenerse en su Plaza Mayor , con la fachada sur de la Catedral de Santa María y el renacentista Palacio Municipal; en su Castillo , ocupado por el Parador Nacional ; y en la Casa del Doncel. Además, es imprescindible un paseo por la Alameda . Como curiosidad, esta ciudad de Guadalajara guarda una curiosa historia que la relaciona con la “movida madrileña”, puedes conocerla en el reportaje de Etheria Magazine que te indicamos a continuación.
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Catedral de Sigüenza. Pueblos Negros En este caso nos centramos no en un solo pueblo, sino en un conjunto de localidades ubicadas en el noreste de la provincia de Guadalajara unidas por una arquitectura común y que han solicitado su inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Sus construcciones, basadas en lajas de piedra de pizarra negra, define a estos llamados pueblos negros cuya visita suele hacerse en un mismo viaje. Dos rutas parten desde Tamajón, la primera incluye Almiruete, Palancares y Valverde de los Arroyos, este último el más conocido y uno de los pocos que conserva casas de dos plantas construidas con pizarra negra y cuarcita. Y la segunda Campillo de Ranas, Robleluengo y Majaelrayo, uno de los más poblados.
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Valverde de los Arroyos, en la ruta de los Pueblos Negros. Almagro Almagro es una de las localidades más célebres de Castilla-La Mancha sobre todo por su Festival Internacional de Teatro Clásico . Este popular evento cuenta con dos alicientes: por un lado, su programación, que vuelve a poner en escena esas obras que, aunque mil veces representadas, no han perdido un ápice de interés; y por otro su espectacular Corral de Comedias , del siglo XVII, donde ver una de estas obras es una de esas actividades que hay que hacer al menos una vez en la vida. Su peculiar disposición y su aire flamenco se debe al patrocinio de la familia Függer, que explotaba las minas de Almadén en la época de la construcción del teatro.
Plaza Mayor de Almagro. Pero, además, esta localidad de Ciudad Real permite dar un salto atrás de varios siglos, una época pasada que se percibe al recorrer su Plaza Mayor y sus calles repletas de iglesias, conventos y palacios que demuestran la pujanza de esta villa en el siglo XVI. Uno de los lugares más destacados es el convento de Santa Catalina que alberga desde los años setenta del siglo pasado a un Parador Nacional.
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Villanueva de los Infantes Situado en Ciudad Real, el pueblo de Villanueva de los Infantes forma parte de la Ruta del Quijote, como bien demuestran las referencias en forma de estatuas y placas que se encuentran en la localidad. Pero, además, este pueblo, que vivió su máximo esplendor durante el Siglo de Oro, está ligado a la figura de Francisco de Quevedo, ya que aquí vivió parte de su vida. Falleció también en esta villa, concretamente en convento de Santo Domingo , donde se puede visitar su celda que se conserva tal y como fue.
Otros lugares que hay que incluir en una ruta son la Plaza Mayor , rodeada de edificios renacentistas y barrocos, la iglesia de San Andrés , con un interesante retablo y la tumba de Quevedo, y algunas casas y palacios históricos como el Palacio Maestral (donde se encuentra el Ayuntamiento) y la Casa del Comendador.
Villanueva de los Infantes. Priego La localidad conquense de Priego merece la pena tanto por su patrimonio artístico como por la naturaleza que la rodea, ya que está enclavada entre las comarcas de La Alcarria y La Serranía. Este entorno proporciona una de las panorámicas más bellas del invierno cuando los campos de mimbre se tornan de color rojo intenso.
Río Escabas a su paso por Priego. Algunas de las paradas obligatorias en una ruta por el pueblo son el torreón de Despeñaperros (el único vestigio que queda del antiguo castillo), la Plaza Mayor, centro de la vida local y muestra de la arquitectura tradicional, la Fuente del Cañuelo y la iglesia de San Nicolás de Bari, del siglo XVI. Merece la pena dar un paseo hasta el convento de Nuestra Señora del Rosal que, aunque está en ruinas, conserva su estructura y ofrece unas vistas estupendas de los alrededores.
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Alarcón Alarcón es un bonito pueblo que, como otros muchos de la provincia, luce con orgullo un imponente castillo que, en este caso, está ocupado por un Parador Nacional. Data del siglo VIII y lo especial de su ubicación viene dado por encontrarse en una isla en medio del río Júcar. Después de visitar este castillo y admirar las vistas que ofrece desde lo alto, hay que dar un paseo por el pueblo para descubrir su bonita Plaza Mayor, llena de balcones con flores, la iglesia de San Juan Bautista y la iglesia gótica de Santo Domingo. La ruta puede continuar hasta el Puente Romano , un lugar perfecto para tomar una foto del castillo y el pueblo, y acercarse al mirador de la Virgen de la Rosa.
Castillo de Alarcón. Consuegra El pueblo toledano de Consuegra está marcado por el perfil de sus famosos molinos de viento, esos que asociamos instantáneamente en nuestra mente con las andanzas de Don Quijote y que se alzan imponentes en el cerro Calderico . Como no podía ser de otra manera, forma parte de la Ruta del Quijote, y acoge algunos lugares relacionados con la gran obra de Cervantes y con el autor. Además, tendrás que hacer una parada en su castillo, bien conservado y en lo alto de una colina, en la Plaza de España y en las iglesias de San Juan Bautista y del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. Su pasado romano se puede sentir en la Presa Romana, que con más de seiscientos metros era la más larga de Hispania.
Molinos de Consuegra. Ocaña Ocaña es tan particular que tiene hasta su propia meseta, conocida como la Mesa de Ocaña. El principal foco de interés de esta localidad toledana es su enorme Plaza Mayor , del siglo XVIII, porticada y con forma de claustro, que es una auténtica joya. En ella hay que fijarse en la fachada de las Casas de Ayuntamiento. Otra visita muy interesantes es la del Palacio de Cárdenas , Bien de Interés Cultural, construido entre los siglos XV y XVI, y también merecen la pena la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la de San Juan Bautista, que custodian parte de las imágenes que salen en los pasos de la famosa Semana Santa de Ocaña.
Plaza Mayor de Ocaña. Almansa En Albacete se alza Almansa con su majestuoso castillo, de origen árabe, del siglo XV, que ha sido restaurado y que es visita obligada en esta localidad. Ofrece unas maravillosas vistas desde sus miradores. No te pierdas tampoco el Museo de la Batalla de Almansa , que recrea este conflicto clave en la Guerra de Sucesión Española, que tuvo lugar en 1707. Además, en un paseo por el pueblo seguro que te detienes en el Palacio de los Condes de Cirat, conocido como la Casa Grande, un precioso ejemplo de arquitectura manierista. En cuanto a los edificios religiosos, destacan la iglesia de la Asunción, el convento de las Agustinas, el convento de San Francisco y la ermita de San Blas.
Castillo de Almansa. Alcalá del Júcar Alcalá del Júcar es un precioso pueblo albaceteño encaramado en la roca que enmarca una de las hoces del río Júcar y cuya fisonomía merece la pena contemplar desde alguno de los miradores que se encuentran en la carretera. En su perfil sobresale el torreón del castillo, que fue levantado por los almohades en el siglo XI, aunque la torre se edificó en el XV, ya bajo dominio cristiano. Puedes acceder por el puente romano y caminar hasta la iglesia de San Andrés y hasta la curiosa plaza de toros, con unas gradas excavadas en la roca de lo más peculiares. Porque en esta localidad la roca ha formado siempre parte del día a día, como lo demuestran las casas ubicadas en cuevas que son una de las visitas que no puedes perderte.
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