Hace mucho que la mujer se “emancipó” a la hora de viajar, y aún así no siempre tenemos las mejores experiencias al viajar solas. Como los consejos más fiables a la hora de lanzarnos vienen siempre de otras mujeres que ya han visitado ese destino, el equipo de Etheria Magazine te recomienda 10 viajes en solitario que te sorprenderán.
Mezquita de Nasirolmolk, Shiraz (Irán). © Steven Su 1. Irán, un país seguro para viajar sola Uno de los países del mundo donde más puertas se le abren a las mujeres viajeras es Irán . Este país no solo cuenta con una maravillosa arquitectura y la apasionante historia que aguardan en Shiraz, Yazd, Isfahan y las ruinas de Persépolis sino también con otra auténtica joya: una población dulce, respetuosa y curiosa que no pierde oportunidad de acercarse a los viajeros para conocerles, charlar un rato con ellos y hacerse incluso fotografías. Las mujeres que viajan solas despiertan una gran simpatía entre las iraníes, que no tardan en mostrar interés en la forastera e invitarla a cenar en su casa. Su sincera hospitalidad no concibe no recibir y asistir a quien tan lejos se encuentra de casa.
Irán es un país muy seguro para las mujeres que viajan solas gracias a la escasa delincuencia y lo único que hay que tener en cuenta es la obligación de vestir según el código islámico: pañuelo para cubrir la cabeza, pantalón o falda larga y camisola que llegue hasta medio muslo. Un buen libro para animarse a viajar sola a Irán es ‘Negro sobre Negro’ , de la física y escritora Ana Briongos, gran conocedora de este país.
Recomendado por Nuria Cortés, periodista de viajes.
Panorámica de Toulouse desde el restaurante Ma Biche sur le Toit en Galeries Lafayette. © Manena Munar. 2. Descubre Toulouse a tu aire A Toulouse le llaman la Ciudad Rosa por el tono de sus ladrillos en su arquitectura monumental. Pero también es la Ciudad del Airbus, la del Espacio, la de las tiendas bonitas, bares, restaurantes y pastelerías alucinantes. Es la urbe del Principito, pues allí gestó y escribió esta obra Antoine de Saint-Exupéry Exupery mientras descansaba en Grand Balcon Hotel de sus vuelos pilotando la Aeropostal. Toulouse se precia de su famoso pastel que enriqueció a la ciudad como lo testimonian los torreones de las mansiones; a más alto, más rico el propietario. El río Garona le atraviesa y en sus orillas se reúne la gente, a veces se puede incluso ver de paseo al impresionante minotauro. Las Galeries Lafayette son un capítulo obligado y más cuando en su ático se encuentra el famoso restaurante Mabiche Sur Le Toit desde donde se observa la Ciudad Rosa al completo.
Recomendado por Manena Munar, escritora y periodista de viajes.
Venecia, una ciudad perfecta para viajar sola. © Ricardo Gomez Angel 3. Venecia, ideal para ir a tu aire Venecia es una ciudad ideal para viajar en solitario porque hay tanto para ver que así puedes elegir el espacio donde quieres detenerte un minuto más sin pedir permiso. Cualquier calle, cualquier palacio, cualquier balcón, cualquier escena, cualquier museo… Son muchas las instantáneas que la ciudad de los canales te regala y, así, puedes saborear todas a tu medida, parándote, observando, preguntando, disfrutando. Y, además de gozar a tu manera de los atractivos imprescindibles de la ciudad de los canales (Palacio Ducal, Puente de Rialto, Gran Canal, Plaza y basílica de San Marcos, etc.), puedes diseñarte una ‘Venecia secreta’ según tus propios intereses. Y sin preguntar.
Recomendado por Pilar Ortega, especializada en Periodismo Cultural.
Lisboa. © Martin Kallur 4. Lisboa sozinha Tendría una cita a solas con Lisboa para desenmascarar su lado furtivo, me vestiría de incógnito y cenaría en uno de los restaurantes chinos clandestinos de la Mouraria. El barrio cobijó a los árabes durante la Reconquista y hoy supone un oasis multicultural al que no le faltan secretos. Me infiltraría en la boda colectiva que se celebra cada 12 de junio en la Catedral, porque durante Santo Antonio –la fiesta más entrañable de Lisboa–, parrillas callejeras, guirnaldas y orquestas logran algo excepcional: rescatar el espíritu de las verbenas de pueblo y llevarlo a la gran ciudad. Viajar sola a Lisboa puede convertirse en una oportunidad única para descubrir que sus mitos van más allá de tranvías, bacalao, miradores y nostálgicos fados.
Recomendado por Kelu Robles, periodista radiofónica y viajera.
Vista del puerto de Gozo. © Etheria Magazine 5. Gozo, perfecta si viajas sola Cuando alguna amiga me pide que le recomiende un lugar al que viajar sola, en mi lista siempre aparece Malta y más concretamente Gozo , la segunda isla en tamaño del archipiélago maltés. Se trata de un destino perfecto para viajar en solitario (sobre todo si eres primeriza). Es seguro, fácil para comunicarse en inglés y resulta muy acogedor. Muy destacable es su capital, Victoria, con su ciudadela, calles medievales y la catedral de la Asunción. Es una isla llena también de magníficos escenarios naturales como los acantilados de Xlendi y la gruta de Calipso. Y, aunque ya no es posible visitar la famosa Ventana Azul (que se derrumbó por un temporal en 2017), siempre nos quedan las series y las películas para verla. Aquí transcurría la boda de Daenerys con el Khal Drogo en ‘Juego de Tronos’; y también aparecía en la película ‘Furia de Titanes’.
Tiene, además, sorpresas para los amantes de la historia como los templos megalíticos de Ggantija, cerca de la localidad de Xaghra. Y a la hora de comer es imprescindible degustar excelente pescado fresco en alguno de los pequeños pueblos de pescadores de la isla como Xlendi . La isla deja huella en nosotras. No os extrañéis si a la vuelta queréis ser gocitanas. Este pequeño rincón del mundo transmite mucha calma y termina atrapándote.
Recomendado por Eva Madruga, especializada en Turismo de Cine.
La Ciudad del Vino se alza junto al río Garona con una arquitectura sorprendente (Burdeos). © Arnaud Bertrande 6. Burdeos, viaja en solitario a la Ciudad del Vino Esta maravillosa ciudad de aires burgueses es un destino perfecto para una escapada en solitario. Una ciudad muy cómoda y segura, que podrás recorrer en bici sin problema (es muy llana) y que te va a conquistar. Muy cuidada, con un casco histórico precioso, es ideal para hacer un fin de semana disfrutón. Descubrir su gastronomía, pasear por los puestos de su mercado (los domingos hay que acercarse a Les Chartrons y ponerse tibia de ostras), entrar en sus vinotecas (la Appellation de Origen Bordeaux , cuenta con un Bar de Vinos en el que probar, a un precio muy ajustado, una amplísima variedad de vinos de Burdeos, acompañados de quesos de la zona, una delicia).
Además, desde hace unos años si te gusta, como a mí, el mundo del vino, han creado su Ciudad del Vino (Cité du Vin), que posibilita una experiencia completa en el marco de un edificio hiper moderno, una especie de decantador gigante que mira al Garona. Aunque el encanto de acercarte a Saint Emilion , ese pequeño pueblo medieval rodeado de viñas y con algunas de las mejores bodegas de la zona, sigue siendo para mí parte esencial para conocer qué hace tan especial al terroir y a los vinos bordeleses. ¿Te animas?
Recomendado por Vanesa Viñolo, periodista de Gastronomía y Enoturismo.
Taiwán, un buen destino para viajar sola. © Vernon Raineil Cenzon 7. Taiwán, respetuoso con la mujer viajera Las ideas preconcebidas o el desconocimiento son muchas veces determinantes a la hora de escoger un destino para viajar. En el caso de Taiwán quizás lo que más afecta a que lo elijamos es esa imagen que tenemos de la isla, de lugar tecnológico, de construcciones imposibles o productos de baratillo. Y si hay auténticas ciudades formadas por empresas punteras y de investigación de todo el mundo, también hay edificios como el Taipei 101 con forma de junco (fue la construcción más alta del mundo durante mucho tiempo) e incluso una iglesia con forma de zapato.
Pero, por encima de todo ello, hay un país apasionante lleno de cultura, de templos, de convivencia cultural, de una gastronomía apasionante para las personas curiosas y de paisajes que parecen sacados de un cuento. Y, además, Taiwán es perfecto para mujeres que viajan solas por la sensación de seguridad, la amabilidad de los taiwaneses que se desviven por agradar, y la facilidad de las comunicaciones para moverse por el país.
Recomendado por Pepa García, periodista de viajes y directora editorial de Etheria M.
Mirador de Oporto. © Etheria Magazine 8. Oporto, bohemia y acogedora Uno de los destinos idóneos para mujeres que viajan solas es, sin lugar a dudas, Oporto . Es una ciudad que conozco bien ya que viajo con bastante asiduidad por motivos laborales. Es tranquila, serena, bohemia y, sobre todo, muy acogedora.
Al mismo tiempo, Oporto siempre te sorprende con su intensa actividad cultural y con el amplio abanico de diversión que te ofrece si te gusta vivir la noche. Incluso saliendo sola te sientes segura al caminar por sus calles, aunque eso no quita que guardes todas las precauciones… Es, quizás, una de las mejores ciudades europeas para mujeres que viajan solas por primera vez. No te pierdas el nuevo espacio WOW de Oporto con su Museo del Diseño.
Recomendado por Rebeca Ávila, periodista de Estilo de Vida y Directora de RSC de Accor en Europa del sur.
Japón, un destino sorprendente y seguro para viajar sola. 9. Japón, choque cultural con todas las comodidades Japón es un país perfecto para viajar sola. Su riqueza cultural, su deliciosa gastronomía y la comodidad de los transportes hacen que un viaje a este destino sea un auténtica delicia. Además, es un país tremendamente seguro y los japoneses son amables y educados por naturaleza, aunque en ocasiones compruebes que el choque cultural y la diferencia de idioma hace casi imposible la comunicación. Pero, precisamente esa diferencia de culturas, es uno de los alicientes de este viaje; saber que casi cada cosa que descubras de dejará con la boca abierta.
Las visitas imprescindibles son Tokio y Kioto . En la primera enseguida percibes que podrías estar semanas y hacer algo diferente cada día, aunque lo que no puedes perderte es la cultura ‘kwai’ de la calle Takeshita, el santuario Meiji o el templo Senso-ji. Y en Kioto, si acudes cuando florecen los cerezos, no hay nada más apetecible que pasar una tarde recorriendo el Paseo del Filósofo. Si tienes más días, no dudes en utilizar los trenes (siempre puntuales) para conocer la zona de los Alpes Japoneses o Hakone, donde podrás disfrutar de una noche en un ryokan .
Recomendado por Susana García, periodista y directora corporativa de Etheria M.
Paisaje de islas Azores. © Martin Munk 10. Azores, atracción volcánica Cuando viajo a las Azores me quedó amarrada del ancestral vínculo que sus gentes establecieron con un puñado de volcanes apenas emergidos en medio del Atlántico. Me gustan sus campos rodeados de setos de hortensias, el apego a la tierra que profesan, el tranquilo ritmo isleño y su historia ligada a esa espíritu de libertad que provoca vivir sin fronteras. Aunque rodeadas de oleaje, sus habitantes están tan conectados con tierra firme portuguesa como con América, donde emigraron muchos oriundos. La posibilidad de tomar un avión que, en unas pocas horas, te desembarca en ciudades norteamericanas o abordar un velero que se retará con el océano es una invitación permanente al viaje. No te pierdas una salida en barco para avistar ce´táceos . A la vez, te sientes acogida por la abierta hospitalidad de sus gentes encantadas de compartir una forma de vivir que no conoce la saudade portuguesa sino el placer de vivir en medio del océano.
Recomendado por Mar Ramírez, periodista de Naturaleza y Viajes.