Cuarenta y cinco días por la Patagonia argentina y chilena le han dado a Sania Jelic vivencias inolvidables. Ahora continúa su viaje por la provincia argentina de Mendoza, en el centro del país y fronteriza con Chile. Un lugar donde el vino es protagonista y donde esta viajera silver ha vivido una de esas experiencias inolvidables: volar en parapente.
Sania en el Parque Nacional del Aconcagua. © Sania Jelic Tras un mes y medio viajando por Patagonia decidí que era momento de dejar reposar las impresiones vividas de la región. Así que tome un vuelo a Mendoza . La Gran Mendoza se fundó en 1563, tiene alrededor de un millón de habitantes y sus principales industrias son la vinícola y el turismo. Como curiosidad se puede mencionar que fue el punto de partida del Ejército de los Andes para el Cruce andino que lideró el general José Francisco San Martín en 1817, uno de los personajes clave en la independencia de Hispanoamérica. En 1820 se produjo la independencia de Argentina.
Cómo es Mendoza Llegué a Mendoza en enero, la ciudad estaba medio vacía porque la gente se había ido de vacaciones durante el verano austral. Hacía calor (unos 36 grados centígrados de día), se sentía la sequedad del aire y había polvo en suspensión. El clima de esta zona de Argentina es más bien seco y árido.
Se notaba el ambiente perezoso de una ciudad en vacaciones. Esto me permitió fijarme mejor en detalles como los pequeños acueductos situados a lo largo de las calles que se usan para el riego de las arboledas y para el desagüe. Están limpios, son grandes y no están señalizados ni vallados. Lo que significa que en época de fuertes lluvias la ciudad no se inunda, pero que hay un determinado número de personas al año que se caen en las canaletas y se pueden romper algún hueso.
Monumento al Ejército de los Andes y monumento a la Hermandad Hispano Argentina. © SJ Otro detalle curioso es que, al ser zona sísmica, los dos grandes terremotos del año 1861 y 1985 han dejado huella. Por ejemplo, las construcciones están limitadas en altura y se han creado multitud de parques que se usan como puntos de reunión en situaciones de emergencia. Hay muchos y de diferentes tamaños. Los que tienen senderos de gravilla son parques y los pavimentados son plazas. Los parques, además, tienen en las cuatro esquinas otros parques más pequeños.
La herencia española se percibe en la decoración de los parques y en los palacetes coloniales.
Una tierra de vinos La industria vinícola de la zona representa el 75% de la producción argentina. La expansión y profesionalización de la producción de vinos se produjo con la llegada de inmigrantes españoles e italianos. Muchas bodegas están en el valle del Uci y la zona Maipú, a la que se puede llegar en tranvía desde la ciudad. El vino tinto de Malbec es casi la marca de la ciudad.
En Mendoza hay muchas bodegas que se pueden visitar para catar sus vinos. © SJ En la ciudad se pueden encontrar todo tipo de tours a distintas bodegas: con bici, con guía, a caballo, con alojamiento, para ver estrellas, etc. Para todos los gustos. Además, desde 1938 se celebra a comienzos de marzo la gran Fiesta de la Vendimia , que se retransmite en la televisión nacional pública y es uno de los eventos al aire libre más grandes del mundo. Consiste en varios actos, con carrusel, desfiles de más de mil bailarines, elección de reina y virreina del evento … Es un buen momento para visitar la ciudad.
Excursión: Parque Provincial del Aconcagua y Cristo Redentor Durante la visita a la ciudad hice la excursión al Parque Provincial del Aconcagua, la tercera montaña más alta del mundo con sus 6.961 metros. La realicé con la empresa local Viajes Conocer y fue una experiencia que se me quedó grabada en la memoria.
Carretera de ascenso al Cristo Redentor de los Andes. © SJ El recorrido en minibus incluye paradas en el lago de la presa dique Potrerillos, en el Puente del Inca, con extrañas formaciones (Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), y en el sobrecogedor viaje caracol al monumento Cristo Redentor de los Andes . Situado a 3.854 metros de altura, fue realizado en 1904 en El Paso de Uspallata por el escultor argentino Mateo Alonso para homenajear la resolución pacífica de un conflicto fronterizo con Chile. No tengo palabras para describir el paraje. Y es la primera vez que lloré viendo un paisaje de montaña.
¡Vamos a volar! Ya que estaba en las alturas, decidí probar una actividad que quería hacer desde hace tiempo. Además, lo quise hacer junto con una nueva amiga de Mendoza, que también tiene más de 65 años. Así que nos dispusimos a mostrar que la edad no tiene por qué ser una limitación para saltar al vacío y volar.
📍Lo hicimos con la empresa Andusfly , que lleva facilitando el vuelo por los aires de Mendoza desde hace dieciséis años. Saben lo que hacen. Conocen los vientos, tienen buen equipo y son profesionales del aire.
Lo que realmente convierte el vuelo en parapente en una experiencia tan memorable es el trato humano que nos dieron. En ningún momento nos sentimos desacreditadas o diferentes a pasajeros de otras edades. Se nos trató con respeto, amabilidad y profesionalidad, cuidando de nuestra seguridad y velando por que tuviésemos una experiencia positiva.
Sania con su compañera preparadas para el vuelo. Carretera de ascenso al Cristo Redentor de los Andes. © Sania Jelic Ese trato cercano es lo que nos dio tranquilidad para disfrutar del vuelo y hacer la carrerilla al vacío inicial ¡que siempre impresiona! Diego y su equipo son fantásticos. En la pista de aterrizaje conocimos a su madre y a su novia. Otra vez encontré ese apoyo familiar tan necesario para los emprendedores.
Me quedé con ganas de seguir volando, apoyada en el piloto profesional, balanceándome en el aire, riendo, viendo el paisaje… Por un momento pude ser pájaro. Me siento enormemente agradecida por ello.
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